La escuela Econscientes.co, creada por tres colombianos, desarrollará desde octubre planes que fomentan el bienestar de las personas por medio de experiencias sensoriales en un sendero muisca. ¿Cuáles son los beneficios de una inmersión en ambientes naturales?
Econscientes.co es una escuela creada por tres colombianos, emprendedores de bienestar que decidieron ofrecer una experiencia sensorial en la naturaleza, así como en lugares boscosos, así como seguros de Bogotá y la Sabana, siguiendo los debidos protocolos de bioseguridad, con el fin de que los participantes se reencuentren consigo mismos. No son caminatas ni senderismo, son experiencias individuales desde el silencio.
Los científicos han descubierto que los bosques son saludables y que sumergirse en la naturaleza le hace bien a nuestra salud física y mental.
“La relación entre árboles y seres humanos es de reciprocidad, de ellos recibimos un oxígeno mucho más limpio del que estamos acostumbrados en nuestra vida cotidiana, en ciudades contaminadas, donde lo único que nos importa es correr, mirar el reloj y atesorar cosas. Es hora de aquietar la mente”, afirmó Carmen Lucía Murcia.
En países como Escocia y Japón, por ejemplo, los médicos ya prescriben a sus pacientes la exposición a espacios verdes, además de recomendarles dieta equilibrada y ejercicio físico. Según estudios científicos, este contacto con la naturaleza contribuye a disminuir el estrés, la ansiedad y el insomnio, mantener la salud cardiovascular, además de prevenir algunas enfermedades.
“La pandemia nos demostró que las personas se sienten hoy más solas que nunca y factores como el estrés se han disparado desde que empezó el confinamiento, afectando por igual la salud de hombres y mujeres”, asegura Murcia, cofundadora de Econscientes.
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Bajo el lema “una experiencia entre árboles para que entres en ti”, Econscientes realizará los primeros encuentros los fines de semana a partir del sábado 17 de octubre, en un bosque privado de Guasca, Cundinamarca, a 50 minutos de Bogotá. La actividad, dirigida a personas entre 20 y 59 años de edad, se desarrollará a través de actividades guiadas, como caminar a través de un bosque muisca, mojarse los pies en un estanque natural, conversar con los árboles o tomarse un té natural alrededor de una fogata.
“La invitación es hacer un alto en nuestro día a día, incluso alejarse, bien sea por un par de horas o por un día completo, del móvil y de cualquier otro intruso tecnológico que perturba nuestra tranquilidad, para ocuparse de uno mismo”, señala.
La experta agrega que “la llamada nueva normalidad nos señala un antes y un después, es la oportunidad para generar cambios reales en nuestra forma de ser y de comportarnos, como cuando miras en el armario y desechas lo que no necesitas. Y la naturaleza nos brinda las herramientas para buscar dentro, hacernos más conscientes de nuestra respiración y del momento presente con gratitud y, en últimas, ser mejores seres humanos, primero con nosotros y luego con los demás”.
Para este encuentro se escogió Guasca por ser territorio de los indígenas Muiscas en época precolombina. “Regresamos a nuestros orígenes para re-aprender de nuestros antepasados, que tenían una relación sabia y de profundo respeto con el entorno natural. ¿Sabían que la palabra Guasca se compone de dos vocablos Muiscas: gua que significa ‘sierra’ y shuca, ‘falda’?”, agrega esta bogotana.
Señala además que Colombia es un territorio privilegiado, donde el verde abunda más que las personas. Con cifras en mano señala que nuestro país es el segundo del mundo con el mayor número de especies de árboles, 5.776, según la Asociación Internacional de Jardines Botánicos para la Conservación, BGCI por sus siglas en inglés, y el tercer país de Suramérica con mayor área boscosa: 59.9 millones de hectáreas de bosque natural, equivalentes al 52.2% por ciento de nuestro territorio, según cifras oficiales del Ministerio del Medio Ambiente.
“Con tal riqueza, es imposible no hacer una pausa para aprender a observar en silencio, abrazar el viento, sentir el aire puro, tocar el agua de manantial o sentarnos alrededor del fuego, porque les aseguro que el bosque tiene un mensaje para cada uno y depende de cada quien abrirse a recibirlo o no”.