Por. Pamela López
Periodista de EL NUEVO SIGLO
LA ÚLTIMA exposición de Mauricio Gómez fue hace ocho años en la misma galería. En un continuo ‘vaivén’ entre Francia y Colombia decidió entregarse al arte de nuevo y traer a Bogotá su muestra Equilibrios.
La exhibición, que se inaugura hoy en el espacio de arte La cometa, tiene un protagonista ‘pesado’ en todo el sentido de la palabra, pero noble para moldear y ver a través de él, el paso del tiempo. Son 600 kilos de hierro, clave para entender y ‘degustar’ las 40 piezas y 20 fotografías a blanco y negro que componen esta exposición.
“Son esculturas hechas a manera de ensamblaje, porque en realidad no he hecho ninguna de estas partes. Por ejemplo hay piezas como rastrillos para coger el heno, con los que voy formando, poco a poco, figuras que no están soldadas”, le dijo Gómez a EL NUEVO SIGLO, días antes de la inauguración.
Equilibrios tiene un significado geográfico importante para su creador, pues todos los elementos que la conforman fueron adquiridos en los mercados de pulgas de la región francesa de Quercy. Luego los trasladó a su taller en el país europeo y desde allí enviados a Colombia. Además de atravesar ‘medio mundo’ la exposición es, en cierta medida, una catarsis para Gómez que esperó poco menos de una década para ‘ponerla al aire’.
“Sentía que si no tenía la idea clara no podía hacerla. Y es que creo que uno hace una exhibición para no tener que hablar de ella. Soy de la escuela antigua del arte en donde dejo a la libre interpretación mis creaciones, y por supuesto no sigo eso de que la ‘carreta es todo’. No me interesa, prefiero dejar que el que la vea piense lo que quiera porque no quiero explicarle a nadie nada”, agregó.
En su mayoría son herramientas para trabajar el campo que Mauricio transforma en dragones, aves y peces, “pero eso es subjetivo”, dice, “usted ve lo que quiera”. En medio de la muestra está la frase Love is the key, formada con llaves de hierro que representa, como dice Gómez, el amor como equilibrio de la vida.
“Había tomado fotos de campesinos, de pueblos, de municipios de Colombia pero que no tenían nada que ver con la exposición. Por eso hice estas imágenes que ‘desnudan’ el hierro como elemento duradero”, dijo Gómez de las fotografías hechas en Francia, mientras terminaba el montaje de Equilibrios.
Pero estas piezas cruzaron el Océano Atlántico para instalarse en una esquina de Bogotá por un fin muy especial: “quiero que mi mamá, que está muy viejita y no puede viajar en avión, la vea. Ya después buscaré una galería en Francia”, concluyó el artista.