La Cumbre de Ciudades y Cambio Climático en Bogotá dejó un balance positivo para las nuevas generaciones ya que el trabajo sobre el problema ambiental que sufren las grandes capitales del mundo se basa fundamentalmente en la importancia de crear conciencia sobre la devastación que ha hecho el ser humano y las soluciones.
Ayer Bogotá, Quito, Asunción, Lima, Montevideo, Buenos Aires, La Paz, Sucre y Río de Janeiro conformaron la Red de Ciudades Suramericanas, en el marco de la Cumbre decidieron comprometerse con la ejecución de acciones que ayuden en la mitigación de los efectos del cambio climático a nivel local, para lo cual firmaron la Declaración de Bogotá.
Los siguientes son los seis propósitos que firmaron las ciudades:
1. Acoger el Pacto Climático Global de Ciudades o Pacto de la Ciudad de México como un mecanismo global de negociaciones internacionales de los gobiernos locales para combatir el calentamiento global a través del cumplimiento de sus diez compromisos, aplicando el enfoque de adaptación al cambio climático propuesto por el Foro de Alcaldes de Bonn y promover entre los alcaldes firmantes, el reporte anual de sus avances al Secretariado Internacional liderado por la Fundación Pensar y al Registro Carbonn.
2. Avanzar en la transformación del modelo de gestión pública para posicionar de manera transversal el tema del cambio climático, convirtiéndolo en esencial en la agenda estratégica de los gobiernos locales. Para tal fin se propenderá por incorporar en los planes de desarrollo la inclusión de políticas, programas y estrategias dirigidas a responder a las causas del cambio climático, su variabilidad extrema y sus efectos.
3. Fortalecer la gobernanza del agua desarrollando integralmente programas de conservación, protección y disponibilidad del agua, a nivel urbano-rural y con una perspectiva regional, como estrategia clave para la adaptación a los efectos del cambio climático.
4. Promover el ahorro y consumo responsable del agua y el impulso de las acciones necesarias para aumentar su oferta, regular su demanda, su acceso y mejorar su calidad, con el fin de satisfacer las necesidades de la población, propendiendo por un equilibrio entre agua – producción – energía y saneamiento.
5. Impulsar procesos educativos de defensa del Derecho Humano al Agua y los Derechos de la Naturaleza.
6. Trazar estrategias de transformación de los patrones culturales hacia la ciudadanía en general, la institucionalidad y el sector privado, en la búsqueda de avanzar hacia ciudades y sociedades sustentables y más humanas en armonía con la naturaleza: para tal fin, los gobiernos locales desplegarán programas que construyan relaciones de convivencia entre la ciudadanía y resignifiquen las relaciones entre la población y los territorios, en el marco de la ética y la justicia ambiental.
Para hoy, cuando se clausura la Cumbre de Ciudades y Cambio Climático en Bogotá se espera un pronunciamiento conjunto sobre los resultados del certamen.