Para 2021 el costo global anual del ciberdelito será de US$6 billones, duplicando el valor reportado en 2015, así lo develaron los investigadores de Cybersecurity Ventures.
Por eso, para prevenir posibles ciberdelitos, estas son algunas tendencias preventivas en ciberseguridad que Fluid Attacks sugiere a las organizaciones:
1. Moverse a la izquierda: Esto significa que cualquier empresa que crea o utiliza software, debe pensar en su seguridad y aplicarla desde el principio. La metodología que pertenece al enfoque DevSecOps, requiere que las pruebas de seguridad sean continuas, cubriendo todo el ciclo de vida del desarrollo de software (SDLC), y asegura grandes ahorros de tiempo y dinero.
2. Equipos multidisciplinarios: Los profesionales con habilidades y experiencias particulares proporcionarán a las empresas diversas contribuciones para responder a los desafíos y oportunidades de la ciberseguridad. Este ya no es un tema en el que trabajarán únicamente los ingenieros, sino también los profesionales de la estadística, la economía, las ciencias cognitivas, los negocios, las ciencias políticas, entre otras áreas.
3. Prioridad al factor humano: Para el 2021 se mantendrá la recomendación de valorar el trabajo manual aún más que el automático, solo por una cuestión de resultados. El aumento de falsos negativos y falsos positivos en las operaciones de las herramientas automáticas continúa haciendo de los hackers éticos un factor esencial en la evaluación de la seguridad de TI.
4. Reevaluar la ciberseguridad: Una organización preparada para las amenazas cibernéticas apreciará el beneficio de manejar procesos de autenticación de múltiples factores y también se asegurará de que sus empleados creen contraseñas suficientemente complejas y las cambien con frecuencia. Incluso, comenzarán a utilizar métodos de autenticación biométrica, como la verificación facial para sus empleados y, hasta para sus clientes o usuarios.
5. Construcción de Tecnología: Al continuar un crecimiento de dobles dígitos en ataques, las compañías cambiarán la manera de abordar la ciberseguridad. Ya no desde un enfoque reactivo, donde mitigan los efectos de ataques a sus activos de tecnología o tratan de contener la repercusión mediática de un incidente. Al contrario, ahora abordarán la ciberseguridad desde un enfoque preventivo, probando constantemente antes de ofrecer funcionalidades a sus usuarios. Construirán su tecnología para resistir los ataques y minimizar el riesgo e impacto dentro de sus organizaciones.