Cinco pesticidas, entre ellos uno de los más utilizados en el mundo, fueron calificados como "posibles" o "probables" cancerígenos por la agencia del cáncer de la Organización Mundial de la Salud.
El glifosato, presente entre otros en el Roundup, uno de los herbicidas más vendidos, y los insecticidas malatión y diazinón fueron clasificados cancerígenos "probables para el hombre" aunque las "pruebas son limitadas" según la Agencia internacional de investigación sobre el cáncer (IARC), cuya sede se halla en Lyon (centro-este de Francia).
Los insecticidas tetraclorvinfos y paratión, que ya son objeto de prohibición o restricciones en varios países, fueron clasificados cancerígenos "posibles".
La clasificación de la IARC no tiene sin embargo un carácter obligatorio para los Estados.
"Le corresponde a los gobiernos y a las demás organizaciones internacionales recomendar reglamentaciones, legislaciones o intervenciones de salud pública", indica la agencia en un comunicado.
El glifosato es el herbicida cuya producción es más importante en volumen en todo el mundo.
Además de la agricultura, donde su uso ha aumentado de forma sensible, es también utilizado en los bosques y por los particulares en sus jardines.
Se ha hallado glifosato en el aire, en el agua y en la alimentación, según la IARC, que precisa que la población está expuesta cuando reside cerca de las zonas tratadas. Los niveles de exposición observados son sin embargo "generalmente bajos", según la agencia.
En lo referente a los riesgos cancerígenos del glifosato y de los insecticidas malatión y diazinón, la IARC destaca que existen "pruebas limitadas" en el caso del hombre, en lo referente a linfomas no hodgkinianos, los cánceres de sangre.
La agencia cita igualmente el cáncer de próstata en el caso del malatión, que sigue siendo utilizado de forma importante por los agricultores, y el cáncer de pulmón para el diazinón, cuya utilización, limitada, está en baja tras las restricciones impuestas en 2006 por Estados Unidos y Europa.
- Evaluación de riesgos -
Los riesgos han sido evaluados basándose en estudios de exposición agrícola llevados a cabo en particular en Estados Unidos y Canadá, así como en animales en laboratorios.
Pero la IARC indica haber tenido en cuenta igualmente los trabajos de la agencia estadounidense de protección medioambiental que, tras haber clasificado el glifosato como "cancerígeno posible para el hombre" en 1985, dio marcha atrás en 1991.
Para la IARC, existen hoy "suficientes pruebas de su carácter cancerígeno gracias a experiencias animales".
El grupo Monsanto, que fabrica el Roundup, expresó el viernes su desacuerdo con las conclusiones de la agencia.
En un comunicado divulgado por internet, Monsanto destaca que la clasificación de la IARC no establece relación entre el glifosato y un riesgo añadido de cáncer. Recuerda además que la IARC, en el pasado, había clasificado entre los "cancerígenos probables" a productos como el café o los teléfonos móviles.
Varios expertos, citados por el Science Media Center, se mantienen cautos. "Las pruebas exhibidas son frágiles", opina el Dr Oliver Jones de la Universidad de Melbourne, mientras el profesor Alan Boobis del Colegio Imperial de farmacología bioquímica de Londres destaca la dificultad de establecer una "relación de causa a efecto"/AFP.