La menor cotización de los precios de las materias primas es un canal de transmisión que puede afectar el dinamismo económico del país vía los productos que Colombia vende y la capacidad de compra de nuestros mayores socios comerciales, ya que algunos de ellos son también productores de bienes primarios.
En la medida en que no se deterioren significativamente las condiciones en las economías desarrolladas, Colombia no debería verse seriamente afectado. Bancolombia considera que el PIB podría pasar de crecer al 4.9 por ciento en 2012 al 4.1 por ciento si se observa una mayor desaceleración de la actividad en Europa.
Este crecimiento estaría todavía en niveles cercanos del PIB potencial del país y se ubicaría por encima del promedio de los últimos 30 años (3.87 por ciento). Por esta razón, un impulso desde el lado monetario con disminución en la tasa repo no es tan evidente.
Ahora bien, si el deterioro en Europa fuese extremo y se observara un stress financiero de magnitudes similares a las observadas después de la quiebra de Lehman Brothers, se requerirá no sólo de un estímulo monetario vía disminución en la tasa de referencia, sino también de un estímulo fiscal con un mayor protagonismo del sector público en el crecimiento económico. No obstante, el escenario central es que la situación en Europa no llegue a esta situación extrema.
En línea con lo anterior, de acuerdo con la evolución y las perspectivas de las variables que el Banco de la República monitorea para el cumplimiento de su esquema de inflación objetivo, no existen razones que motiven un incremento adicional en la tasa de intervención para lo que resta del año. De otro lado, con la economía creciendo a niveles cercanos a su potencial y una inflación moderada, no resulta necesario estimular la economía desde el lado monetario con reducciones en las tasas de referencia.
El riesgo principal de este escenario está asociado a un agravamiento en las condiciones de la economía internacional, que se traduzca en menor demanda externa, caída sostenida en los precios de las materias primas y alta volatilidad en los mercados financieros. En tal situación habría una alta probabilidad de reducciones en las tasas de intervención. Es también por esto que las decisiones periódicas de política monetaria seguirán altamente condicionadas a la nueva información de actividad real y de los mercados que se genere en los próximos meses.