El gobernador de California, Jerry Brown, coincidió con el gobierno de México en que la problemática de los niños que migran solos a Estados Unidos debe abordarse desde una óptica humanitaria y no de seguridad, al cuestionar el refuerzo militar fronterizo que anunció Texas.
Las decenas de miles de niños que ya han cruzado la frontera mexicana se enfrentan "a dificultades (legales estadounidenses) sin un enfoque integral", dijo el gobernador de California (oeste de Estados Unidos), quien se reunió con el presidente Enrique Peña Nieto este lunes, el primer día de cuatro que estará en el país latinoamericano.
"Se necesita urgentemente una reforma migratoria" en Estados Unidos que contemple ese "flujo de niños", enfatizó Brown, lamentando el "estancamiento" en el que se encuentra en la Cámara de Representantes estadounidense una iniciativa al respecto.
El fenómeno de los más de 57.000 niños indocumentados -la mayoría centroamericanos- que han cruzado a territorio estadounidense de forma ilegal y sin compañía de adultos desde octubre pasado debe abordarse desde "consideraciones humanitarias", había dicho horas antes Brown.
Sobre el despliegue de 1.000 soldados de la Guardia Nacional que anunció el gobierno de Texas para reforzar la seguridad migratoria en su amplia frontera con México, Brown abogó en una previa conferencia de prensa por que la medida sea implementada por un período corto y que estrategias "más sabias prevalezcan en los próximos meses".
De su lado, el secretario (ministro) de Relaciones Exteriores de México, José Antonio Meade, respaldó en la misma conferencia la posición de Brown.
"Coincidimos en que cuando de menores no acompañados se trata, el aspecto humanitario debe ser el eje rector de nuestras acciones (...), nunca se podrá justificar el uso de fuerza pública militar", dijo el canciller, quien sólo justificaría esta medida "si fuera en caso de asistencia médica o para apoyar logísticamente el transporte de personas".
El gobierno mexicano ya había expresado la semana pasada su "preocupación" por el anuncio de Texas.
Este estado, que abarca más de la mitad de los 3.200 km de línea divisoria entre Estados Unidos y México, ha recibido con mayor fuerza la ola de menores migrantes, que superó al gobierno estadounidense al grado que ha tenido que albergar a los menores en bases militares mientras gestiona su repatriación.
"La migración del niño no puede, bajo ningún concepto, interpretarse como un problema de seguridad", recalcó Meade, al asegurar que en los migrantes centroamericanos "no hay ninguna intencionalidad de violentar la integridad de la frontera con Estado Unidos".
- Impulsar la vibrante frontera -
El canciller recordó que el Congreso estadounidense no ha logrado aprobar una reforma migratoria que abriría la vía a la ciudadanía a 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, dejando "a millones (de personas) en la indefinición y la incertidumbre".
"Pueden erigirse muros, pero la gente, la cultura, las ideas y las inversiones fluyen", y en este contexto puede ser problemático interrumpir el flujo migratorio, sostuvo Brown.
Para Meade, la frontera bilateral -una de las más transitadas del mundo, por donde se comercia más de un millón de dólares por minuto- debe ser "más dinámica y competitiva".
Así, durante su gira por México -financiada por un grupo de empresarios estadounidenses-, el gobernador de California firmará con el gobierno de México acuerdos destinados a impulsar la cooperación en educación superior y comercio, mientras que otro para reducir la emisión de gases de efecto invernadero fue suscrito este mismo lunes.
El gobierno de California "no puede hacer (esa tarea) solo y con este nuevo acuerdo con México podemos hacer verdaderos progresos en la reducción de los peligrosos gases de efecto invernadero", causantes del calentamiento de la Tierra, dijo el gobernador durante la firma en Ciudad de México.
California, la octava potencia económica mundial y donde viven más de 11 millones de personas de origen mexicano, mantiene un comercio con México que asciende a 60.000 millones de dólares anuales.
Por su parte, México es el primer mercado internacional de California, con el que comparte una vibrante frontera de 225 km por donde cruzan miles de personas y mercancías diariamente, especialmente por el paso entre la mexicana Tijuana y la estadounidense San Diego.