Lunes, 21 de Noviembre de 2011
El gobierno de Raúl Castro autorizó a los campesinos cubanos a vender sus cosechas directamente a hoteles y otras empresas de turismo.
Con esta decisión se pone fin al monopolio estatal en la comercialización de productos agrícolas que rigió durante medio siglo en la isla.
El diario oficial Granma informó que a partir del 1 de diciembre los agricultores podrán vender directamente una amplia gama de productos a las empresas de turismo, en otro paso en las reformas económicas de Raúl Castro, luego de la autorización de la compraventa de casas y automóviles, y la ampliación del trabajo privado.
Varias resoluciones del Banco Central de Cuba y de los ministerios de Finanzas y Precios, Agricultura y Turismo, autorizan a los agricultores a "vender sus productos agrícolas (...) directamente a la entidades turísticas sin necesidad de comercializarlos a través de una empresa estatal", dijo Granma.
El periódico del gobernante Partido Comunista (PCC, único) destacó que estas reformas están dirigidas "a transformar el sistema de acopio y comercialización de las producciones agropecuarias mediante mecanismos de gestión que contribuyan a reducir las pérdidas al simplificar los vínculos entre" productor y consumidor.
Hasta ahora la empresa estatal Acopio era la única encargada de comprar y distribuir todos los alimentos que producen los campesinos privados, las cooperativas y las fincas estatales, a partir de acuerdos de volumen y precios establecidos al inicio de las cosechas.
La ineficiencia en su gestión dio lugar a numerosas quejas en los últimos años, por pérdidas y deterioro de los productos debido a atrasos en la distribución, por lo que los agricultores, sobre todo los privados, reclamaban el fin del monopolio estatal en la comercialización.
"Si en Cuba existen una producción privada y diversificada, no puedes tener una comercialización monopolizada. Tenemos que buscar muchas formas de compraventa", dijo en mayo el líder de los campesinos y cooperativistas, Orlando Lugo.
Granma destacó que la medida también faculta "a desarrollar mecanismos de abastecimiento a las entidades turísticas que permitan aprovechar mejor las potencialidades de todas las formas productivas a escala local".
"Los precios se establecerán por acuerdo entre las partes y siempre en pesos cubanos (CUP)", añadió el periódico. En la isla circula además un peso convertible (CUC) equivalente al dólar, utilizado en parte del comercio y múltiples servicios, y que se cambia a 24 CUP.
El turismo ha sido el motor de la economía cubana tras el fin de la ayuda soviética hace dos décadas y hoy es la segunda fuente de divisas, con ingresos anuales por unos 2.000 millones de dólares, detrás de la exportación de servicios profesionales.
Las nuevas normas "permiten avanzar en el cumplimiento" de los acuerdos adoptados en abril por el VI Congreso del PCC, para "transformar el sistema de acopio y comercialización" en la agricultura "mediante mecanismos de gestión más ágiles", subrayó Granma.
No obstante, precisó que "el mecanismo de venta directas no sustituye el ya existente", sino que representa "una opción adicional con el fin de alcanzar mayor dinamismo, variedad y calidad en el suministro de estos productos al turismo, reducir los gastos de transportación y las mermas".
Desde que asumió el mando hace cinco años por la enfermedad de su hermano Fidel Castro, Raúl ha impulsado una serie de reformas para hacer eficiente el agotado modelo económico centralizado, de corte soviético, vigente durante 50 años.
Parte de este esfuerzo está dirigido a elevar la producción de alimentos, que Raúl declaró asunto "estratégico", pues la isla importa el 80% de los que consume, por unos 1.500 millones de dólares anuales, monto insostenible para sus deprimidas arcas.
La reforma agrícola incluye el reparto de tierras en usufructo a los campesinos -se entregaron unas 1,3 millones de hectáreas desde 2008-, la mejora en los precios a los productores, la venta de aperos y créditos a tasas de interés bajas.
AFP