El gobierno de la Isla está listo para discutir con Estados Unidos sus "problemas pendientes", mediante un "diálogo respetuoso" y en condiciones de "igualdad", afirmó una funcionaria de la cancillería cubana.
"Cuba reafirma su posición tradicional a sostener un diálogo respetuoso con el gobierno de Estados Unidos para resolver problemas pendientes", señaló la directora de América del Norte de la cancillería cubana, Josefina Vidal. "Nuestros únicos requisitos son que el encuentro debe desarrollarse sobre la base de la equidad, reciprocidad e igualdad", añadió Vidal, al subrayar que el presidente Barack Obama "tiene una oportunidad histórica para cambiar las relaciones" entre los dos países.
Desde que asumió el mando de la isla en julio de 2006 cuando enfermó su hermano Fidel Castro, el presidente Raúl Castro ha expresado la voluntad de su gobierno de entablar un diálogo abierto con Obama, que exige a Cuba gestos concretos en materia de derechos humanos y democracia.
"El gobierno cubano no ha dado evidencias de que sean suficientemente agresivos a la hora de cambiar sus políticas económicas y ciertamente no han sido suficientemente agresivos para liberar a los prisioneros políticos", dijo Obama hace dos semanas.
Cuba y Estados Unidos, sin relaciones desde 1961, vivieron un breve período de distensión tras la llegada al poder de Obama, quien en 2009 flexibilizó las remesas y los viajes de cubanoamericanos a la isla.
Los nexos volvieron a tensarse tras el arresto ese mismo año del contratista Alan Gross, condenado a 15 años de prisión acusado de agente de Washington, y cuya liberación Washington estima indispensable para la normalización de relaciones.
La Habana, por su parte, pide el fin del embargo que Washington aplica contra Cuba desde 1962 y la liberación de cinco agentes presos en Estados Unidos desde 1998, condenados a penas de hasta dos cadenas perpetuas acusados de espionaje.
"Una relación normal con Estados Unidos es inimaginable sin la liberación de los cinco antiterroristas cubanos presos en ese país", dijo el fin de semana el jefe del Parlamento, Ricardo Alarcón, a Prensa Latina.
AFP