En el combate contra la subversión, la Fuerza Pública es la que mayor cuota de sacrificio ha puesto.
Hace un año se registró uno de los casos más dramáticos: el asesinato de cuatro integrantes del Ejército y la Policía que llevaban doce años secuestrados por las Farc. El mayor de la Policía Elkin Hernández Rivas; Edgar Yesid Duarte, coronel de la misma institución; el intendente Álvaro Moreno, también de la Policía, y el sargento del Ejército, José Libio Martínez. Respecto de este último, su hijo de niño y de adolescente realizó caminatas y por todos los medios imploró por la libertad y la vida de su padre; sus ruegos fueron en vano. La sevicia y crueldad de los guerrilleros de las Farc quedó demostrada con este vil crimen.
El país no puede olvidar a los militares y policías que ofrendaron sus vidas en la defensa de la democracia, y sea la oportunidad de rendirles un homenaje por su valor, y enviarles un mensaje de solidaridad a las familias de los cuatro héroes sacrificados por los violentos, igual reconocimiento a todos los miembros de la Fuerza Pública que han perdido la vida en el cumplimiento de su misión constitucional.