¿Cuanto costará impacto del invierno? | El Nuevo Siglo
Domingo, 11 de Diciembre de 2011

Con el aporte de 1 billón de pesos para la atención de los últimos damnificados por las lluvias, el costo total de la ola invernal actual llegó a 5 billones de pesos pero nadie sabe a cuánto ascenderá cuando finalicen las inundaciones.

Este valor se desprende de 1 billón por pérdida de ingresos de diferentes sectores, la última partida de 1 billón de pesos y 3 billones de pesos que fueron destinados para la reconstrucción de la infraestructura del país que ha resultado averiada.

Pese a estos enormes costos que le dejan a las finanzas del Estado, el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Hernando José Gómez, considera que la ola invernal no ha sido tan severa como la observada el año pasado, de manera que los costos actuales son menores a los observados el año pasado, cuando la ola invernal representó el 0.2% del PIB.

Sectores

Señala además que a pesar de esta situación adversa, los sectores de la economía como el financiero, industria y comercio crecen a buen ritmo, contribuyendo al crecimiento total de la economía sin efectos negativos de mayor extensión, de manera que reitera que el gobierno espera crecer este año alrededor de 5%, incluso más allá, un 5.5% (Correval 5.3%).

Sobre las últimas partidas de un billón de pesos para los damnificados, el Presidente Juan Manuel Santos anunció que “decidimos trasladarle a la nueva Agencia de Gestión de Riesgo 1 billón de pesos para que atienda esas necesidades no solamente en la parte humanitaria –que se ha venido atendiendo en forma efectiva- sino que también atienda las demás necesidades, las viviendas que han sido afectadas, los campesinos que han perdido nuevamente sus cosechas”.

El Jefe de Estado explicó que el dinero será destinado exclusivamente a los damnificados de las lluvias actuales (últimos tres, cuatro meses) y que será trasladado a la Agencia a más tardar a principios de la próxima semana.

Afirmó que se entregarán entre 1 y 3 millones de pesos por familia para el arreglo de viviendas y para que puedan mitigar los efectos de la actual temporada de lluvias.

“Hemos decidido que a los damnificados que han sufrido porque sus viviendas han sido inundadas, han sido destruidas, se les va a hacer un pago directo en dinero, entre 1 a 3 millones de pesos en un cheque, para que las familias, los damnificados puedan con ese dinero arreglar sus viviendas y también mitigar el efecto de esta ola invernal”, agregó el Jefe de Estado.

A la fecha, el Gobierno Nacional ha atendido a 550 mil personas (112 mil familias), para lo que ha destinado 45 mil millones de pesos en ayuda humanitaria. El Presidente Santos destacó que desde el momento en el que se han reportado las emergencias, las ayudas han llegado a los sitios en 24 horas o máximo en 48.

Los retrasos

De otro lado, las previsiones de los analistas indican que el país podría sufrir un retraso en su infraestructura pero continuará por la senda positiva.

Si la ola invernal se extiende y agrava por mucho tiempo, su impacto afectaría y frenaría el boom económico que actualmente vive el país. Sin embargo, este efecto sólo podría considerarse a mediano plazo debido a la estructura del Producto Interno Bruto.

Sin duda la primera consecuencia que ya se siente es en el bolsillo de los colombianos que ahora debe pagar un mayor precio por los alimentos ante las dificultades en su transporte de los cultivos hasta los centro de acopio. Este hecho inmediatamente se reflejará en el comportamiento de la inflación como ya empieza a notarse en los resultados del IPC para septiembre y octubre de este año.

Para el analista de Correval, Daniel Velandia, los riesgos de un incremento sustancial de la inflación jalonada por el precio de los alimentos y otros productos ya se nota en el ambiente, con lo que no se cumpliría con el rango medio de la meta de inflación para este año, establecida en 3 por ciento y de 4 por ciento como límite.

La segunda ola invernal, junto con los precios internacionales de los commodities, ejercerán presiones sobre los precios locales. Por lo tanto, una inflación con presiones al alza durante el año, unas expectativas de crecimiento de 2011 alrededor de 5.27%, junto con la tasa de cambio real baja crean un escenario previsible.

En el caso del sector agropecuario nada resulta más complejo que una situación en la que, como se dice coloquialmente, “llueve sobre mojado” como está sucediendo actualmente.

Como es bien sabido, hace algunas semanas se declaró oficialmente el inicio de un nuevo Fenómeno de La Niña. Aunque en esta oportunidad se ha calificado al nuevo fenómeno como ‘débil’ en relación con el observado a comienzos de 2011, debe considerarse que no sólo se generan riesgos desde el punto de vista de la producción debido a que las lluvias siguen presentes en regiones que aún no han logrado recuperarse tras las etapas previas del invierno, sino que adicionalmente las vías se encuentran aún con un alto grado de saturación de agua, imponiendo riesgos nuevamente sobre el transporte de alimentos.

El agro

El sector agrícola, fuertemente impactado por el fenómeno de La Niña, mantendrá un tenue comportamiento. Ésta es la locomotora con la perspectiva de crecimiento más baja. La fuerte reducción del comercio con Venezuela junto con factores climáticos ha afectado fuertemente el sector agropecuario. Durante 2010, el incremento en los precios internacionales no se reflejó en los precios locales debido en gran parte a la mayor oferta interna (cierre del mercado venezolano) desincentivando la implementación de nuevos proyectos. 

Sin embargo, debido a las fuertes lluvias los precios han reaccionado positivamente. Esta locomotora será la que necesite la mayor cantidad de “combustible” para que empezar a contribuir de manera significativa al crecimiento. Las perspectivas de producción cafetera a mediano plazo siguen siendo estables, sub-sector que pierde cada vez mayor peso en el sector. 

Un ejemplo de lo que sucede en el agro es el comportamiento del café. Los productores de café en la zona centro del país previeron que debido a la intensidad del invierno continuará la escasez del grano en el país y que no habrá cosecha de mitaca en el primer semestre del año 2.012. La reducción en la producción de la actual cosecha que se recoge en la región centro es del 50 por ciento.

Para el gerente de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce), Henry Vanegas, “este sector es uno de los más críticos, el cual corresponde a una tercera parte del área inundada, porque tenemos 35 mil hectáreas de maíz y de 15 a 18 mil hectáreas de leguminosa dentro de las 150 mil hectáreas afectadas”.

El directivo sostuvo que “nosotros tenemos maíz en todo el país, pero 14 zonas geográficas están afectadas. Por eso estamos pidiendo una amplia cobertura de crédito y mecanismos de refinanciación para apoyar a muchas comunidades con un insumo clave como la semilla y dar acompañamiento en el proceso productivo”.

Por su parte el gerente general de la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), Rafael Hernández, señaló que el impacto económico del clima en su sector se ha reflejado especialmente en las zonas de las costas del bajo Cauca, en donde se han generado las mayores inundaciones por el desbordamiento de los ríos Cauca, San Jorge y Magdalena.

“De las siembras del primer semestre de este año se dañaron 12 mil hectáreas entre julio y agosto, y en el segundo semestre de 7 a 8 mil hectáreas en la misma zona. Es decir, unas 50 mil toneladas de arroz que se dejaron de recolectar, correspondientes a 60 mil millones de pesos”, dijo.

El gasto

Por otro lado, teniendo en cuenta que la ejecución del gasto ha sido lenta, ésta podría normalizarse en el último trimestre del año manteniéndose ajustada al monto autorizado por el Congreso incluyendo los gastos asociados a la oleada invernal. Por ahora no se perciben riesgos de que el gasto deba aumentarse para compensar alguna necesidad.

A nivel local, hay un riesgo importante que impactaría directamente uno de los supuestos de la estrategia fiscal. El riesgo se asocia a la locomotora de minería, de la cual empiezan a vislumbrarse algunas debilidades estructurales asociadas al tema legal y ambiental que retrasarían o impondrían un crecimiento del sector menos explosivo que el anticipado.

De otro lado, y con miras hacia una consolidación fiscal, se espera que el gasto público muestre una dinámica estable, con crecimientos inferiores al gasto privado. Con el propósito de mejorar las finanzas públicas, el Gobierno mantendrá un gasto sobrio y enfocado en las locomotoras de crecimiento. 

Sin embargo, en el corto plazo el gasto público podrá mostrar algunas sorpresas. El presupuesto nacional de 2012 se ubica en $165 billones, lo que representa un incremento de 12% nominal frente a 2011. Aunque lo anterior augura una buena dinámica de este tipo de gasto, aplaza hacia 2013 y 2014 las reducciones en el gasto y el mejoramiento del desbalance fiscal.

Con el propósito de reducir el déficit fiscal de 4.1% en 2011 a 2.4% en 2014, el GNC entrará en una senda de bajo crecimiento en el gasto, creciendo alrededor del 3% en términos reales en el mediano plazo.

De otra parte, el miembro de la Cruz Roja, Jorge Iván Novoa, al realizar un balance de los daños causados por el invierno dijo que “más de 1,5 millones de habitantes están afectados por el invierno, para un total de 316 mil familias, 167 muertos y 225 heridos. Las zonas más críticas son de la costa norte como Bolívar, con más de 290 mil personas damnificadas, Magdalena con 170 mil, Córdoba con 151 mil, Sucre con 107 mil y Chocó con 96 mil en la costa Pacífica; asimismo, Valle del Cauca ha llegado a 62 mil personas afectadas”.