En medio del cruce de acusaciones por una matanza de centenares de personas en zona rural de Damasco, exactamente en Daraya, el presidente sirio, Bashar al Asad reiteró su determinación a aplastar a "cualquier precio" la revuelta en Siria.
"El pueblo sirio no permitirá que el complot triunfe y logre sus objetivos", y lo aplastará "a cualquier precio", dijo el presidente, enfrentado a una revuelta popular desde hace más de 17 meses, al recibir a Alaedín Borujerdi, emisario de Irán, principal aliado en la región, según la agencia oficial Sana.
Esta es la primera vez que la prensa se hace eco de declaraciones de Asad desde que un responsable evocó la posibilidad de negociar una salida del presidente sirio en el marco de negociaciones con la oposición.
Pero el jefe de la diplomacia siria, Walid Mualem, uno de los halcones del régimen, descartó cualquier negociación mientras no se haya "limpiado" al país de rebeldes, según la agencia iraní IRNA tras un encuentro con Borujerdi en la capital siria.
De todas formas, la oposición exige la salida de Asad para sentarse a negociar.
Esta promesa de aplastar a los rebeldes, calificados de "terroristas" por el régimen sirio, se produce poco después del hallazgo por una ONG siria de al menos 320 cuerpos en la localidad de mayoría sunita de Daraya, a 7 kms al sur de Damasco, donde el ejército lanzó hace cinco días una operación.
"Matanza salvaje"
La mayoría de los cuerpos, algunos ejecutados sumariamente, fueron hallados el sábado, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que ha informado de la presencia de al menos 15 mujeres y 14 niños entre las víctimas.
Las autoridades británicas dicen estar "profundamente preocupadas" por una posible "matanza salvaje de civiles" mientras que los rebeldes denuncian una nueva "matanza abyecta del régimen" y difundieron videos en los cuales se ven decenas de cuerpos por el suelo de un complejo cercano a una mezquita.
Acusado en varias ocasiones de perpetrar matanzas desde el inicio del conflicto, el régimen aseguró a través de la agencia Sana, que las fuerzas armadas "limpiaron" Daraya de los "terroristas mercenarios que cometieron crímenes contra los habitantes de la localidad, los aterrorizaron y destruyeron los bienes públicos y privados".
La provincia de Damasco seguía bajo las bombas de helicópteros y de la artillería del ejército, según el OSDH.
En la ciudad estratégica de Alepo (norte), donde se libra desde hace más de un mes la "madre de todas las batallas", según el régimen, los rebeldes, que afirman controlar el 60% de la ciudad --lo que desmienten las autoridades-- seguían resistiendo al ejército regular.
En Damasco, el vicepresidente Faruk al Shara, una de las personalidades sunitas de mayor rango en el régimen, apareció en público por primera vez con motivo de la visita del emisario iraní, tras los rumores de un intento "frustrado" de desertar./AFP