En un estudio realizado por la Universidad Sergio Arboleda y su Centro de Seguridad y Democracia, que orienta Alfredo Rangel, se colige que en el primer trimestre de 2012 persiste en Colombia el deterioro de la seguridad, evidenciado en el incremento de actividades violentas de los grupos armados al margen de la ley.
Arremetida. Se incrementaron los atentados contra la infraestructura económica, a través de los retenes ilegales. En el bimestre enero-febrero aumentaron los secuestros en un 27 por ciento en relación con el 2011. En el primer bimestre de 2012 se presentaron 56 secuestros. Los retenes ilegales subieron en este trimestre en un 400 por ciento. Es el más alto en el número de casos presentados en los últimos seis años. Son 25 los ataques contra la infraestructura económica, que aumentaron este trimestre en un 57 por ciento, siendo el más alto en los últimos cinco años.
Escalofriantes. El petróleo -que es la joya de la corona para la guerrilla- vio aumentar en un 160 por ciento los daños considerables por los atentados terroristas contra su infraestructura. Los ataques de irregulares a poblaciones inermes siguen siendo los más altos en los últimos cinco años. El número de combates de la insurgencia contra la Fuerza Pública, en relación con el número de combates por iniciativa de las Fuerzas Militares, pone en evidencia que es superior la iniciativa de la guerrilla y demuestra que las FF.MM. están únicamente a la defensiva.
Ofensiva aérea.En lo único que aparecen a la ofensiva las fuerzas estatales es en los bombardeos de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), que produjeron un alto número de bajas a la guerrilla, lo que genera una percepción contraria. Es decir, que las Fuerzas Militares están a la ofensiva, mientras la guerrilla se defiende. Los ataques de los narcoterroristas, entendidos como hostigamientos, emboscadas y atentados contra las instalaciones, tanto militares como policiales, en el primer trimestre de 2011 fueron 115. Y en este último trimestre de 2012 llegan a 98. Áreas urbanas. Mientras el invierno arrecia, la inseguridad urbana hace metástasis en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Pereira, Armenia, Cúcuta, Santa Marta, Montería, Buenaventura y Tumaco (para hablar de las que más se mencionan) y departamentos convertidos en tierras del olvido como Cauca, Chocó, Nariño, Putumayo, y Casanare.
Puntos neurálgicos.La Dorada vive una situación caótica por el accionar de las bandas de sicarios que azotan ese puerto caldense sobre el río Magdalena. Recordemos que el alcalde de Santa Marta llegó a decir que sentía miedo y que la exgobernadora de Córdoba le expresó a Santos que las bandas criminales y las Farc estaban de regreso. Cúcuta es otro polvorín. Lástima la renuncia del general Oscar Naranjo, quien al menos tiene conocimiento de lo que está ocurriendo. Y ahora, ¿quién podrá defendernos con una cúpula militar enfrentada y el mejor policía del mundo pidiendo su “Everfit” para pasar a retiro porque algunos de sus compañeros de mando le hicieron el cajón?