Los precios del petróleo se replegaron levemente el jueves en Nueva York, ante la cautela de los inversores que mantienen la prudencia por la incertidumbre sobre la demanda y la tensión en Ucrania.
El barril de "light sweet crude" (WTI) para entrega en abril perdió 19 centavos en el New York Mercantile Exchange (Nymex), terminando en 102,40 dólares.
En Londres, el barril de Brent del mar del Norte para entrega en abril terminó a 108,96 dólares en el Intercontinental Exchange (ICE), en baja de 56 centavos en relación al cierre del miércoles.
Los indicadores de la jornada sobre la economía estadounidense fueron mixtos: las inscripciones en desempleo aumentaron sorpresivamente en la semana finalizada el 22 de febrero, pero las órdenes de bienes durables bajaron menos que lo previsto en enero, no permitiendo a los inversores hacerse una idea clara sobre las perspectivas del consumo energético en el país.
Por otra parte, los datos del departamento de Energía sobre los productos petroleros publicados el miércoles "muestran que hay dificultades para mantener las reservas", subrayó Carl Larry de Oil Outlooks and Opinion. Los stocks de crudo del país subieron la semana pasada en 100.000 barriles, ocho veces menos que lo previsto en promedio por los analistas.
Al mismo tiempo, los precios del sector de la energía también están influidos "por temores de que temperaturas más benignas en Estados Unidos reduzcan la demanda de combustible para calefacción y quite un apoyo clave para el petróleo", subrayaron expertos de Investec.
Los inversores siguen también con atención la evolución de la situación en Ucrania, en plena pulseada con Rusia.
Según Phil Flynn de Price Futures Group, esa tensión "suma a la prima de riesgo geopolítico para todo el sector de la energía", ya que Moscú puede decidir en cualquier momento suspender sus exportaciones de gas natural, crudo, carbón o uranio hacia Europa.
Pero para Robert Yawger de Mizuho Securities, si la situación se deteriora, también podría afectar a la economía del conjunto de la región, incluida la zona euro y en consecuencia reducir la demanda de energía.