El gobierno de Colombia y la guerrilla comunista de las FARC cruzaron recriminaciones el sábado al cierre de un ciclo de pláticas de paz en La Habana, aunque ambas partes destacaron que lograron "avances" en las negociaciones para acabar un conflicto de casi medio siglo.
"Quienes transitan a la democracia deben dejar las armas. Esto es el fin de la combinación de todas las formas de lucha", advirtió a su contraparte el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, quien sin embargo destacó que "nunca se había llegado tan lejos" en una negociación con las FARC.
"Paso a paso esperamos lograr este acuerdo para el fin del conflicto, paso a paso le estamos dando una oportunidad a la paz", expresó De la Calle, al término de este ciclo en las pláticas --que comenzaron hace nueve meses-- y el inicio de un receso hasta el 19 de agosto.
El jefe negociador de la guerrilla, Iván Márquez, también reconoció "avances significativos", pero criticó al presidente colombiano Juan Manuel Santos por haber declarado en una entrevista que los militares tienen la orden de "dar de baja" a todo miembro de las FARC, incluido su jefe máximo, Timoleón Jiménez, "Timochenko".
"A mí me parece que ese tipo de manifestaciones en boca del presidente ayudan muy poco a generar ambientes razonables para el desarrollo y el avance mismo de la conclusión del acuerdo de paz; la considero simplemente una manifestación desafortunada", dijo Márquez.
El presidente colombiano manifestó en esa misma entrevista con el diario El Tiempo de Bogotá, publicada el jueves, que estaba dispuesto a reunirse con Jiménez, si fuera útil para sellar un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua de América Latina.
Santos felicitó este sábado a los militares colombianos por haber matado a un jefe regional de las FARC, Jesús Antonio Plata Ríos, alias "Zeplin", en una operación entre los departamentos e Cauca y Nariño (suroeste).
El gobierno de Santos y las FARC -que tienen unos 8.000 combatientes- iniciaron en noviembre de 2012 en La Habana un diálogo de paz con una agenda de cinco puntos: desarrollo rural (consensuado en mayo), participación política (que se discute ahora), drogas ilícitas, abandono de las armas y reparación a las víctimas.
Cuba y Noruega actúan como garantes en este proceso, mientras que Chile y Venezuela son acompañantes.
Jesús Santrich, otro de los negociadores de la guerrilla, también dijo este sábado que "los avances son ostensibles" en estas negociaciones, pero advirtió que las autoridades deben atender los problemas políticos, económicos y sociales que condujeron al conflicto armado en 1964.
"La confrontación no nació de la nada", manifestó.
Santrich dijo además que su delegación no ha recibido información de sus combatientes que operan en el sur de Colombia sobre un combate en la frontera con Ecuador, en que murió un oficial ecuatoriano y cinco irregulares, que serían de las FARC, según Bogotá.
"Nosotros aún no tenemos un pronunciamiento del Bloque Sur (de las FARC), que es el que opera en la parte de (los departamentos de) Nariño, Putumayo, toda la región sur de Colombia", dijo Santrich.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtió este sábado que usará toda su fuerza contra cualquier grupo irregular que invada su territorio, tras la muerte de un teniente ecuatoriano en un combate con presuntos guerrilleros en la frontera el jueves. El ministerio de Defensa colombiano afirmó que los irregulares eran de las FARC.
"Responderemos con toda la fuerza ante cualquier grupo irregular que ose penetrar el suelo ecuatoriano", aseguró Correa, quien llamó a los soldados ecuatorianos a "defender su vida por todos los medios".
Santos prometió este sábado a Correa apoyo militar en la frontera común, de casi 700 km.
"Tengan la absoluta seguridad que tendrán todo el apoyo de nuestro Ejército, de nuestras Fuerzas Armadas, para que en esa frontera ese tipo de situaciones no se presenten", dijo Santos.