En una encrucijada está sumida la política exterior colombiana. Las carantoñas y musarañas de las que el presidente Santos hizo partícipes a sus homólogos de Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Cuba se le convirtieron en una piedra en el zapato.
La misma mesa. La próxima Cumbre de las Américas, que tiene como invitado especial a Obama, deberá arreglárselas para sentar a la misma mesa al presidente de Estados Unidos con Raúl Castro, el hermano de Fidel; Hugo Chávez, “Correa del Sur”, Evo Morales y Daniel Ortega, enconados enemigos del Gobierno norteamericano. Para Obama será un problema de marca mayor, pues en época preelectoral los americanos son muy sensibles a estas compañías. Santos sacará toda su astucia de jugador de póker para acomodar en la misma mesa a semejantes invitados. Además, para el exilio cubano será un baldado de agua fría.
Una lección. Doña Amparo Wing, esposa del ex embajador de Estados Unidos en Perú, le hizo llegar a la señora del ex consejero Económico de Colombia en Madrid, Maria Elena Londoño, la siguiente comunicación que fue refrendada por el ex cónsul de Colombia en Lima Mario Arias Gómez, “Chilguete”:
"En Perú el Congreso impidió que oficializaran el partido de Abimael Guzmán y todos los días en los periódicos, revistas, TV se publican imágenes y artículos recordando lo malévolos de Sendero Luminoso. Aparecen propagandas de este tenor: "No nos dejemos engañar por los terroristas", acompañadas de fotos dramáticas de sus fechorías”.
Contraste. Otro segmento: “En Colombia a los terroristas se les oficializó; se les respeta, los guerrilleros llegan a ser Congresistas y hasta elijen a uno Alcalde de Bogotá. El presidente les agacha la cabeza y los abraza y los llama sus mejores amigos. Estamos jodidos. La prensa cómplice ayuda a que esto pase. Y hasta el mismo Presidente ataca y traiciona a la persona a la cual le debe la presidencia, y todos muy bien, muy liberales y democráticos”.
Humala. Cuenta la señora Wing que “el presidente Humala ha rechazado juzgar a los soldados que liberaron los secuestrados de la embajada del Japón, pues ya los Derechos Humanos andan tras de ellos. Humala juró que ninguno será castigado, así se le vengan todas las organizaciones humanitarias encima. Por esto y mucho más, la popularidad de Humala ha subido y todos se han llenado de esperanza de un buen futuro con este presidente de lo cual dudábamos muchos. ¡Una maravilla!”.
Colofón. “Es algo impresionante la diferencia de cómo reaccionan los ciudadanos del Perú y de Colombia. Aquí la gente se alzó a defender su Patria y a hacerles recordar a todos, especialmente a los jóvenes, que no recuerdan lo que hizo el terrorismo del Sendero, sus mentiras, y han formado un escudo para no dejarlos infiltrar solapadamente, escudándose en la democracia y derechos humanos. Todo esto con el Presidente al frente, ¡sin miedo! En Colombia, a la cobardía la llaman tolerancia. Triste. Cada cual carga con las consecuencias de sus elecciones”.