Después de que la Contraloría de Bogotá denunciará que las motos eléctricas que había comprado el Distrito estaban fallando, la Administración desmintió esa versión e hizo un balance del trabajo que ha realizado.
En efecto, la Administración distrital denunció que después que la Contraloría conoció del plan de mejoramiento de las motos eléctricas, hizo advertencias para demostrar que había problema en los aparatos para la seguridad.
De las 100 motos eléctricas Cross Marca Zero, adquiridas por el Fondo de Vigilancia y Seguridad de Bogotá, hay 37 que luego de 18 de meses de uso intensivo por parte de la Policía Metropolitana de Bogotá, están en proceso de mantenimiento correctivo, razón por la que se encuentran inactivas.
El mantenimiento se realiza haciendo valer las garantías del fabricante, procedimiento que fue conocido por la Contraloría Distrital desde el pasado 13 de enero de 2015, cuando se remitió a esa entidad el plan de mejoramiento respectivo, en aplicación de las cláusulas contractuales que obligan a las partes.
Por eso, sorprende que la Contraloría, en un año netamente electoral, informe a la administración a través de los medios de comunicación de supuestas advertencias escandalosas, situación que ha sido aprovechada con saña por quienes buscan derivar provecho electoral de los temas de seguridad humana, en detrimento del derecho a vivir sin miedo de los bogotanos y las bogotanas.
Es pertinente precisar que tras su adquisición, las motos han estado cubiertas en cuanto a sus mantenimientos, consumibles y administración, en virtud del Contrato 781 de 2013, suscrito con la Empresa de Seguridad Urbana de Medellín –ESU-, quien ha atendido todas las necesidades mediante la figura de administración delegada. Como es de esperarse, y dado el uso intensivo de los equipos por parte de la Policía Metropolitana de Bogotá luego de 18 meses, algunas han presentado fallas que serán cubiertas por la garantía del fabricante, vigente hasta el 28 de mayo de 2015.
Es evidente que la utilidad de las motos eléctricas ha sido significativa para la Policía, pues su andar silencioso facilita la captura en flagrancia y evita la huida de sospechosos, ahorrando costos en combustible y mantenimiento, con el plus de no contaminar y de tener una vida útil de seis años contra cuatro de una convencional.
Es hora de hacer un llamado para que en el marco de la contienda electoral que comienza, se deje de usar la seguridad de los bogotanos y las bogotanas como arma para conseguir votos, pues los esfuerzos en seguridad humana que se están haciendo no pueden ser transformados en falsos escándalos; con la vida no se juega.
FUERTE polémica por supuestos daños en las motos eléctricas que compró el Distrito Capital./Alcaldía de Bogotá.