“No hay derecho a que el Alcalde Mayor decrete un nuevo cobro de valorización cuando no han concluido las obras anteriores”, advirtió ayer el concejal Marco Fidel Ramírez.

El cabildante considera que a la ciudad se le está haciendo “conejo” al iniciar nuevas obras, sin haber terminado las pactadas en el Acuerdo 180 de 2005, en donde se programó su ejecución para los años 2007 y 2009.

A juicio de Ramírez, esta Administración sigue brillando por la improvisación y no puede escudarse echándole la culpa al Concejo y a los anteriores alcaldes, pues hay obras que tienen retrasos muy notorios y no hay derecho a que se estén pidiendo más plazos para cumplirle a Bogotá.

Señaló, según nota aparecida en la página web del Concejo,  que no se le puede seguir metiendo la mano al bolsillo de los bogotanos, cuando no se les ha cumplido con las obras que ya pagaron y que están inconclusas, otras que quedaron mal hechas, y otras que no se han iniciado.

“Esa falta de planeación ha llevado al caos que hay en la ciudad, afectando la movilidad, dando una mala imagen frente a los visitantes y acabando con los buenos logros de aquellos alcaldes cívicos que le aportaron a la capital”, precisó.