Crítica situación de hacinamiento en las URI | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Junio de 2013

Muchos anuncios  pero ninguna solución a la grave situación de hacinamiento que viven las cinco URI de la capital, denunció la Personería de Bogotá.

El Ministerio Público capitalino encontró que en la URI de Paloquemao-Usaquén, en las celdas del CTI adecuadas para máximo 25 personas, hay 50 detenidos. Fuera de ellas, hay más de 23 personas más, ubicadas en pequeños pasadizos de acceso a los baños. Allí se encuentran durmiendo en el piso, sin ventilación ni comida, e irónicamente sin baño, pues estos están cerrados para evitar fugas. En el lugar realizan las necesidades en botellas o en cajas.

La mayoría está allí debido a que en las cárceles no hay cupo para recibirlos, pues 62 de ellos ya tienen medida de aseguramiento. Algunas veces ingresan habitantes de calle sin asearse, lo cual hace insoportable el lugar, situación que, unida a las precarias condiciones de ventilación, aumentan el riesgo de enfermedades. De hecho, explican los funcionarios de Paloquemao, son frecuentes las enfermedades virales y las incapacidades por la situación que se vive.

También en Paloquemao, como en todas las URI de la ciudad permanece una serie de agentes de policía, a veces en proporción de hasta dos por detenido cuidando los sindicados o condenados, cuando esa labor de custodia es del Inpec. De esa forma, se descuida la labor de prevención y vigilancia en la ciudad. 

En la URI de Puente Aranda hay 92 detenidos con medida de aseguramiento y 20 pendientes de resolver su situación. En Ciudad Bolívar están 39 con medida y 15 pendientes. En Kennedy hay 54 con medida y 6 pendientes.

En general, en las URI la Personería encontró que en esos lugares transitorios de retención, una persona no puede permanecer durante más de 36 horas, pues no cuentan con camas, alimentación, baños ni mínimas condiciones de permanencia, se encuentran ciudadanos recluidos desde hace más de tres semanas, lo cual ha generado gravísimas condiciones de salubridad y seguridad.

Las autoridades carcelarias han anunciado soluciones para afrontar esta crisis; sin embargo las decisiones de fondo no se vislumbran.