A pesar de que los indicadores respecto a la crisis humanitaria producto del conflicto armado en el país han disminuido, la situación todavía sigue siendo grave en muchas zonas del territorio nacional, y podría incrementarse en un escenario de post-acuerdo, según el informe del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria.
Según la investigación, liderada por Francisco Rey y Sophie Duval, “un escenario de post-acuerdo con las Farc no significaría automáticamente el fin de todas las violencias (…) a pesar de posibles mejoras en los indicadores humanitarios a nivel nacional al reducirse significativamente las acciones de las Farc, persistirían otros actores generadores de violencia (incluidos las Bacrim y el ELN, en caso de que no haya negociaciones de paz con ese grupo), cuyo impacto humanitario puede tener variaciones regionales significativas”.
Para Fabrizio Hochschild, coordinador residente y humanitario de las Naciones Unidas en Colombia, todos los actores tendrán que estar preparados para resolver los problemas que afronta la población como la situación de extrema pobreza que afrontan muchas comunidades.
En ese sentido, Hochschild dijo que se debe trabajar en cuatro puntos esenciales: 1. Fomentar la vivienda garantizando la legalización de tierras 2. Proveer seguridad para que la población no continúe siendo explotada por los grupos armados ilegales 3. Garantizar el acceso a los servicios básicos e indispensables como agua, alcantarillado, etc. 4. Generar empleo e ingresos a la población que está en condición de vulnerabilidad.
“Una retirada de la ayuda demasiada apresurada puede tener consecuencias sobre las poblaciones vulnerables y afectar el propio proceso de paz. Más aun cuando las regiones más afectadas por el conflicto enfrentan rezagos y retos históricos en materia de desarrollo”.
“El rol de la comunidad internacional humanitaria debe cambiar, reconociendo que la firma de un acuerdo de paz supone un replanteamiento de su relación con las autoridades estatales y locales orientado a fortalecer la coordinación, complementariedad y fortalecimientos de las capacidades institucionales”, señala el documento.
Dinámicas de violencia
Una vez firmados los acuerdos de paz con las Farc se pueden presentar diferentes escenarios de violencia o de impacto humanitario. Según la investigación, entre noviembre de 2012 y noviembre de 2014 se registraron 1.400 acciones bélicas que afectaron a 25% de los municipios del país, las cuales se concentraron en el norte de Cauca, Arauca, la región del nudo de Paramillo, la antigua zona de distensión en Caquetá, la costa Pacífica y la región del Catatumbo.
El primero de ellos, donde podría mejorar las condiciones de vida de los habitantes es donde hay control hegemónico por parte del Estado. Otro podría ser en el que exista una zona de “convivencia” entre dos o más de estos grupos ilegales, allí la paz sería limitada mientras que se respete el equilibrio de poder acordado.
Sin embargo, en otros escenarios podría incrementarse la violencia como por ejemplo zonas donde haya disputa entre varios actores armados, bien sea Eln, Bacrim o reductos de las Farc. Allí la crisis se agudizaría mientras uno de los actores toma control de la población.
Otro caso que podría pasar tiene que ver con los territorios de control de un grupo armado ilegal. La violencia sería reducida, menos visible y estaría orientada a mantener el control social.
Las personas entrevistadas para la realización del informe (de instituciones nacionales e internacionales) dieron a conocer los diferentes factores críticos que pueden determinar los niveles de violencia y afectación post-acuerdo en zonas que hoy tienen fuerte presencia de las Farc.
Estos serían: 1. Existencia de economías ilícitas y participación previa de las Farc en estas. 2. Capacidad del Estado para tomar el control de las zonas dejadas por Farc, combatir a las Bacrim y evitar su expansión. 3. Divisiones al interior de las Farc y capacidad del Secretariado para implementar los acuerdos de paz. 4. Modelos de dejación y/o entrega de armas acordados con la guerrilla. 5. Militarización del territorio y rol de las Fuerzas Armadas en el post-acuerdo. 6. Oposición violenta a los acuerdos de paz. 7. Calidad de la oferta institucional y oportunidades socioeconómicas. 8. Capacidades de las instituciones a nivel local. 9. Mecanismos institucionales para tramitar conflictos.
Cifras relevantes
El informe también entregó una radiografía del conflicto en los últimos años con fecha de corte a noviembre del año pasado, es decir, no incluyen la tregua unilateral de las Farc que todavía está vigente.
Desplazamiento: Entre noviembre de 2012 y noviembre de 2014 al menos 347.286 personas fueron desplazadas. Esto significa que mientras se lleva a cabo los diálogos de La Habana, cada mes, cerca de 15.100 personas son forzadas a abandonar su lugar de origen.
Confinamiento: Entre enero de 2013 y noviembre de 2015, 1.4 millones de personas sufrieron limitaciones de movilidad que restringieron su acceso a bienes y servicios indispensables para su supervivencia.
Menores en el conflicto: Aunque no se cuente con información oficial sobre el número de niños y niñas involucrados con grupos armados no estatales, entre enero de 2013 y octubre de 2014 cerca de 570 niños, niñas y adolescentes desvinculados ingresaron a programas especializados del ICBF.
Violencia sexual: Debido a la falta de información, la extensión y magnitud, esa problemática es difícil de estimar. Entre noviembre de 2012 y septiembre de 2014 fueron registradas 548 víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual, 88% de las cuales fueron mujeres. Menores constituyen el 27%.
Acciones bélicas: Entre 2012 y noviembre de 2014 se presentaron más de 1.400 acciones que afectaron a 25% de los municipios del país. Según datos de Hochschild se estima que en los dos primeros años del proceso de paz con las Farc, el número de acciones armadas ha disminuido en un 34% con respecto al periodo comprendido entre noviembre de 2010 y noviembre de 2012.