El grupo de electrodomésticos Fagor, insignia económica del País Vasco español, se declaró en suspensión de pagos, ahogado por una pesada deuda y la caída de ventas, poniendo en riesgo 5.700 empleos en el mundo.
"Fagor Electrodomésticos, S. Coop. ("Fagor") y su filial Fagor Ireland han presentado solicitud de declaración de concurso de acreedores ante el juzgado mercantil de San Sebastián", señaló el grupo en un comunicado, precisando que en los próximos días hará lo mismo con sus otras filiales.
La rama española de la empresa sigue los pasos de la francesa y la polaca, las primeras piezas en caer del imperio Fagor con más de sesenta años de historia.
En Polonia, Fagor Mastercook, con 1.400 empleados, suspendió pagos el 31 de octubre y una semana después, el 6 de noviembre, lo hizo la filial francesa FagorBrandt, con 1.800 trabajadores.
El desmoronamiento de su principal marca constituye un duro revés para la matriz Mondragón, una pujante cooperativa que emplea a 80.000 personas en 20 países y que representaba hasta ahora un milagro económico y social dentro de una España en crisis.
"Lamentamos no haber podido contar con la financiación suficiente para continuar con la actividad productiva, y salvaguardar así los intereses de empleados, socios y acreedores", declaró el director general de Fagor, Sergio Treviño, en un comunicado.
En él subraya que a lo largo de su historia, "los pilares de la compañía han sido siempre generar empleo, riqueza y desarrollo social en nuestro entorno"
Con una actividad muy diversificada que iba desde la fabricación de lavadoras a la distribución o la venta de material deportivo, una gestión cooperativa donde los empleados podían escoger a sus directivos e incluso una universidad, el pequeño mundo de Mondragón había sido durante mucho tiempo una burbuja de dinamismo económico y social.
Dando trabajo a 35.000 personas en el País Vasco, en el norte de España, esta cooperativa, creada en los años 1950 por un sacerdote, era un vivero de empleo en la región y contaba con 289 empresas y entidades en el mundo.
Pero en Fagor, el quinto fabricante europeo de electrodomésticos con marcas como Brandt o De Dietrich, los problemas empezaron en los últimos años con una pronunciada caída de las ventas: desde 2008, año en que estalló la crisis económica internacional y la burbuja inmobiliaria española, cayeron en un 37%.
Con una deuda de alrededor de 800 millones de euros, la compañía se vio obligada a presentar el 16 de octubre un preconcurso de acreedores, lo que les daba un plazo de cuatro meses para intentar llegar a un acuerdo con sus acreedores.
Sin embargo, Fagor no contaba con el rechazo de Mondragón a reflotarlo con 170 millones de euros, lo que aceleró el proceso.
La matriz estimó que el proyecto del fabricante "no responde a las necesidades del mercado y que los recursos financieros que demanda no servirían para garantizar su futuro empresarial".
Fagor, que emplea a 2.000 personas en el País Vasco, registró en el primer semestre una pérdida de 60 millones de euros y su volumen de negocio cayó un 19% a 491 millones de euros.
Su dirección renunció finalmente a utilizar una ayuda financiera de 3 millones de euros propuesta por la administración para salvar los 200 empleos de su filial Edesa, lo que suponía alrededor de una décima parte de los trabajadores del fabricante en el País Vasco.
El grupo habría considerado insuficiente dicha ayuda para salvar la compañía.
Fagor ha advertido que peligran 4.000 empleos directos e indirectos y alertó de las probables repercusiones en cadena sobre "empresas y cooperativas del entorno que podrían ver cuestionada su supervivencia".
Una mala noticia para el País Vasco que, gracias al dinamismo de su empresariado, se libra en parte del desempleo récord que afecta España con una tasa del 25,98%. Entre las 17 regiones españolas, la vasca registra el paro más bajo con un 15,84%.