Creciente malestar | El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Marzo de 2012

Desde hace muchos años por los cuatro puntos cardinales del mundo se está manifestando el malestar ciudadano: se vinieron en caravana la primavera de Praga; los cruentos episodios de Tian’anmen; mayo del 68, en París, jalonado por Daniel, el Rojo; el regreso triunfante de Juan Pablo ll a Polonia el 2 de Junio del 79 a las a las 10:07 am y la toma de la Plaza del Castillo; la primavera árabe y ahora la primavera colombiana con sus marchas estudiantiles y las protestas de Trasmilenio.

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En cuna de Kafka. Primero fue Praga, cuando un movimiento ciudadano se sublevó contra el infumable totalitarismo comunista. Luego fue París con un arrollador estudiantado de la Ciudad Luz que irrumpió en las calles, luego de concentrarse en las universidades para manifestarse en contra de las autoridades por las prohibiciones extremas bajo el lema de “prohibido prohibir”.

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China de Mao. Vino después la salvaje matanza ocurrida en la enorme plaza pública de Tian’anmen, en Pekin, los días 3 y 4 de junio de 1989, contra  inermes estudiantes que reclamaban la liberalización del autocrático régimen comunista  y por primera vez pedían a voz en cuello ¡libertad, libertad!

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Primavera árabe. Se puso de manifiesto un fenómeno de dimensiones globales que se viene repitiendo gradualmente en distintas latitudes del Universo, con el propósito de deponer dictaduras con fachadas seudo-democráticas, a través de marchas multitudinarias efectuadas en Túnez, Egipto, Libia y Siria que responden a un malestar reprimido por años que se repitió con creces en distintas capitales de Europa, conocidas como “Los Indignados”.

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Primavera bogotana. Los ruidosos hechos ocurridos el viernes, en Bogotá, reflejan un creciente malestar que se viene incubando por la ineficiencia y la corrupción de las anteriores administraciones y la comprobada exclusión y marginalidad en que vive  la mayoría de la población, en la primera concentración urbana de Colombia. Evaluar los hechos al calor del Twitter del alcalde Petro no deja de ser una irresponsabilidad y una marcada ignorancia de las causas de la marginalidad que dan origen a la protesta ciudadana.

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Tendencia. En el balance de la gestión de los último cuatro alcaldes cabe resaltar que todos tienen o pertenecen a una misma tendencia política. En las pasadas administraciones se registra un retroceso plasmado en el progresivo deterioro de la seguridad, movilidad, salud  e infraestructura, cuyo común denominador es la corrupción que se alimenta de los impuestos que paga la ciudadanía y que no ve ninguna mejoría en los servicios.

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Unos polvorines. Así se va incubando un verdadero estallido social en Bogotá, con Ciudad Bolívar; también Cali, con Agua Blanca; Medellín, con la Comuna 13, y Cartagena, con los barrios marginados que no aparecen en las postales. Estamos ad-portas de tener en Colombia una verdadera primavera con las mismas características que se han vivido en otras latitudes por la pauperización de los habitantes y la falta de autoridad de sus gobernantes.