El panorama del cobro por la vía judicial ha mejorado significativamente en el segmento hipotecario y, desde que se hace seguimiento, se ha mantenido estable en las otras carteras, reveló un informe de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia, Asobancaria.
No obstante, al observar la duración de los procesos reportados por la banca, desde la presentación de la demanda hasta que las entidades contabilizan su finalización, se tiene que en este frente no se han registrado avances ya que los tiempos procesales aún son altos.
Asobancaria ha venido haciendo seguimiento a la judicialización de la cartera y cuenta con estadísticas detalladas de los procesos ejecutivos hipotecarios adelantados por la banca desde el 2001 y de las carteras comercial, consumo y microcrédito desde 2013.
De la evolución del número de procesos hipotecarios se debe resaltar su tendencia decreciente, que se profundiza a partir de 2005, así como la paulatina reducción de la participación de las ciudades principales, en el total de los procesos desde el 2010, lo cual va en línea con la expansión de la financiación de vivienda hacia otras regiones.
En este sentido, el stock de procesos reportado a Asobancaria con corte al primer semestre del año registra cerca de 150 mil de tipo ejecutivo, cifra muy inferior a los más de 725 mil que contabilizaba la competencia civil de la jurisdicción ordinaria en 2013, lo que demuestra que la banca no es el principal usuario del aparato judicial.
De igual modo, al analizar la participación de la cartera judicializada en la cartera total se observa que esta es menor al 5,0% en el caso de los préstamos hipotecarios y representa cerca del 2,3% en las otras carteras.
Además, los recientes aumentos en la cartera vencida, que han elevado levemente los indicadores de calidad de la cartera, por el momento no se reflejan de manera importante en la judicialización.
Aumentan tiempos de remate
Con relación al crédito hipotecario, la duración promedio de un remate pasó de 5,1 años en 2007 a 6,2 años entre enero y junio de 2017.
Durante el primer semestre del año, para las cinco principales ciudades, tan solo 89 procesos lograron terminar por remate, de los cuales el 30% corresponde a demandas presentadas antes del 2010, con una duración promedio de 10 años en la justicia.
De allí que la banca haya optado por direccionar sus procesos de cobranza hacia la normalización, que a junio de este año explicó el 97% de las terminaciones de los procesos hipotecarios, cuando en 2002 lo hizo en un 78%.
En contraste con los más de 6 años que en promedio se tarda un proceso en llegar al remate, terminar el proceso por un acuerdo de pago entre las partes (normalización) demora en promedio 1,4 años.
La falta de agilidad en la administración de justicia también tiene consecuencias negativas en los procesos adelantados para el resto de carteras, aunque todavía no se cuenta con información detallada sobre las causales de su terminación.
Por ejemplo, en los créditos amparados por una garantía prendaria sobre vehículos, bienes con una alta depreciación que pierden rápidamente su valor frente a la deuda que se debe cubrir, la demora en la cobranza perjudica de manera importante tanto al acreedor como al deudor.
En este escenario, la banca ha logrado mejorar y profundizar sus estrategias de negociación con los deudores para que no incurran en mora y ha fortalecido el cobro prejurídico para evitar llegar al cobro judicial, lo que, si bien ha provocado una reducción en las demandas, no ha evitado que persista una alta duración de los procesos judiciales.