EN LAcosta Caribe se han presentado las más altas votaciones del país al Senado en los últimos 12 años; mientras que los departamentos del centro han sido los más abstencionistas. Así lo revela el informe ‘Patrones departamentales de comportamiento electoral: el caso del Senado’, del Observatorio de Procesos Electorales de la Universidad del Rosario.
Mientras en Nariño hubo una mayor incidencia de los partidos tradicionales (Liberal y Conservador), en la costa Atlántica a estos se sumó la influencia importante de partidos más nuevos como La U y Opción Ciudadana.
La alta votación en los departamentos de Sucre, Córdoba, Atlántico y Nariño con respecto al promedio nacional, se puede atribuir, según Camilo Vargas, autor del estudio, a que están alejadas de los centros de poder. Por eso, tanto los líderes políticos como los electores de estas regiones ven el Senado como una estrategia para representar sus intereses de una forma alternativa: “los cargos ejecutivos del país suelen estar en manos de personas de las cordilleras; mientras que los políticos de Nariño y el Caribe por razones geográficas están más alejados de esos círculos de poder y pueden buscar llegar al senado como una forma de acercarse a las instituciones políticas”, le explicó el investigador a El Nuevo Siglo.
Si bien las elecciones a la Cámara alta no buscan una representación regional, este estudio demuestra que en las regiones con mayor participación, los electores suelen votar principalmente por políticos de su misma región. Sobre este punto, Vargas plantea una reflexión: “hay que ver en qué medida esos políticos, a pesar de ser de una u otra región, representan los intereses nacionales o si se sesgan mucho por su origen”.
Para el investigador, “hay un contraste entre la idea de la corporación, que es representar intereses nacionales, y la realidad y es que algunas regiones logran posicionar más políticos de su región”. Incluso con los resultados de las elecciones de este año, en las que algunos departamentos se quedaron sin curules en el Senado, políticos y expertos han lanzado propuestas de implementar un sistema electoral donde la cámara alta también tenga participación regional.
Otro hallazgo de la investigación es que es en estas regiones donde más se presentan votos por candidatos; es decir, un menor número de votos en blanco, nulos o no marcados. Eso confirmaría la idea de que los electores de estos departamentos buscan posicionar a sus candidatos.
Sin embargo, cabe cuestionarse por qué otras regiones igual o más alejadas de los centros de poder que las mencionadas, el abstencionismo sigue manteniéndose. Para el autor del informe, esto se debe al número de población: los candidatos de la costa norte y Nariño “saben que pueden contar con desde 20mil o 30mil votos que necesitan para obtener una curul; algo que no pasa en la Amazonia, Chocó o San Andrés por la poca población”.
A escala municipal se encontraron otras zonas de alta votación por candidatos, que no alcanzan a verse a escala departamental, como por ejemplo parte del piedemonte llanero de Meta (zona de alta votación, igualmente, para la U y para el Centro Democrático), o el norte de la Cordillera Oriental, entre Santander y Norte de Santander (una zona de alta influencia de los partidos tradicionales).
Los más abstencionistas
El otro hallazgo más significativo de esta investigación es que en los departamentos del centro del país es donde ha habido más abstencionismo. En los departamentos de Antioquia y Valle del Cauca, y Bogotá el índice de votantes no alcanzó siquiera el 30%; a pesar de ser las zonas más pobladas del país y las que numéricamente ponen más votos.
Según Vargas, “el electorado de estas grandes ciudades no está tan interesado en elegir senadores, y tampoco hay tantos candidatos interesados en representar a esas regiones”. En parte la disminución de votos para candidatos en esta zona puede atribuirse, según el investigador, a la influencia del paro agrario del año pasado: “La cordillera oriental, desde Bogotá hasta el centro de Cundinamarca, pasando por Boyacá hasta el centro y sur de Santander, sufrió un aumento importante del voto en blanco. Eso no pasaba hace 4 años y puede estar muy relacionado con el paro agrario, que empezó el año pasado en plena campaña al Senado”.
El caso de Bogotá, donde los votos por candidatos disminuyeron con respecto a 2006 y 2010, puede explicarse por cuenta de los ‘votos huérfanos’, es decir, de aquellos candidatos bogotanos que no participaron en esta ocasión. Tal es el caso de la fallecida senadora Gilma Jiménez y de Juan Lozano, quien no aspiró este año; quienes habían obtenido las más altas votaciones en 2010. “Eso puede explicar por qué la proporción de votos por candidatos descendió mucho y la de voto en blanco aumentó; además de la fuerte campaña a favor del voto en blanco y las manifestaciones sociales”, argumenta Vargas.
Para el autor del estudio, la desigual distribución de los votantes no es nueva y, por el contrario, se han profundizado las tendencias. Sin embargo, asegura que esas altas participaciones en el Caribe y en Nariño no se presentan después en las elecciones presidenciales.
Los resultados
Mientras que a nivel nacional el 34,84% del potencial electoral del país votó a favor de algún candidato, sólo en Sucre lo hizo el 56,8% del potencial departamental, en Córdoba el 52,89% y en Atlántico el 43,86%. No obstante, también se destaca muy por encima de este nivel nacional el departamento de Nariño, donde el 43,57% del potencial electoral le dio su voto a un candidato. 56,8% del potencial departamental, en Córdoba el 52,89% y en Atlántico el 43,86%.
Muy por debajo del nivel nacional de votos por candidatos se ubicaron los departamentos de Antioquia (29,85%), Valle del Cauca (29,71%) y el Distrito Capital (26,69%), los más habitados del país junto con Atlántico. Inclusive departamentos cercanos a los centros de poder nacional como Cundinamarca (32,67%) y Boyacá (33,94%) se encuentran muy por debajo de este ponderado nacional.