Comprobar “exactamente” el estado de las cuentas públicas antes de revelar su programa de gobierno, por temor a eventuales “sorpresas” es lo que busca el conservador Partido Popular español, bajo presión para  anunciar sus primeras medidas tras su victoria el domingo en las elecciones.

 

 

"No se puede elaborar un paquete de medidas que tiene una mayor o menor ambición hasta que se conozca exactamente el esfuerzo de reducción de gasto público que hay que afrontar", dijo a la radio privada Onda Cero el presidente del comité de campaña del Partido Popular (PP), Miguel Arias Cañete.

"Y no es lo mismo afrontar una reducción de 15.000 millones de euros que de 30.000 millones de euros, las medidas son muy distintas", añadió Arias Cañete, quien fuera ministro de Agricultura y Pesca en el gobierno de José María Aznar (1996-2004), antes de afirmar que por eso, "tenemos ahora que ver cuál es la realidad del presupuesto español".

Aunque dijo que "no hay que generar alarmas innecesarias en la población", esa declaración podría sembrar más incertidumbre en unos mercados ya muy febriles, en plena crisis de la deuda de la zona euro, que no han olvidado el precedente griego, en el que las cuentas públicas resultaron ser bastante peores de lo previsto.

 

 

 

Arias Cañete, en cambio, se refirió a otro precedente de naturaleza más interna. Tras las elecciones locales y regionales de mayo pasado, la derecha se hizo con 11 de las 17 comunidades autónomas españolas, en algunas de las cuales se evidenciaron déficits más elevados de los anunciados anteriormente.

Una "ruina económica", había dicho la número dos del PP, María Dolores de Cospedal, al tomar las riendas de Castilla-La Mancha (centro), asegurando que el déficit de esa región a finales de junio era ya del 6,1% del PIB, frente al 1,8% publicado apenas tres meses antes por los dirigentes socialistas salientes.

Pero aunque el gobierno central socialista rechazó estas estimaciones, reconoció a finales de junio que las regionales acumulaban una deuda récord de 133.172 millones de euros.

Su déficit medio alcanzó el 1,2% del PIB, cercano al objetivo fijado por Madrid para final de año (1,3%). Suficiente para amenazar el deseo del gobierno de reducir el déficit global del país del 9,3% en 2010 al 3% en 2013.

En un esfuerzo por acelerar el traspaso de poder, Rajoy se reunió  con el presidente del gobierno español saliente, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. En esta primera reunión desde las elecciones hablaron "de la situación económica general tanto española como europea", según el PP./AFP