En ejercicio de sus derechos estatutarios, como miembro del Directorio Liberal de Cali, el abogado Armando Palau Aldana, en su periódico Ciudad, solicitó al secretario General del Partido, Mauricio Jaramillo Martínez, información sobre la estructura administrativa de la Dirección Nacional, el monto detallado de la nómina y los honorarios de asesores y consultores.
Súper-salarios. El ex congresista Jaramillo, haciendo los malabares que Gaitán llamaba “los cálculos de los fríos ajedrecistas”, invocó el derecho a la intimidad de funcionarios y contratistas, para negarse a suministrarle a Palau el valor de aquellos, lo cual agudizó su vocación periodística. Y agregó: "Me encontré en los mentideros políticos de Bogotá y Cali, en donde se especula que Rafael Pardo decidió motu proprio asignarse un salario de casi 30 millones de pesos, lo cual ocurre por vez primera en la historia del liberalismo, como lo precisó nuestro maestro Jaime Angulo Bossa”.
Rasputín. Según el denunciante Palau, "Rafael Pardo y un funcionario heredado de César Gaviria, su secretario general, el del "Arca de Noé", cuando ejerció la Dirección Nacional Neoliberal, una especie de Rasputín para las intrigas liberales, fue contratado por un monto mensual de 18 millones”.
Amparo. Va más allá el dirigente caleño: “Acudí en acción de amparo ante el Tribunal Nacional Liberal de Garantías, que me tuteló el derecho a ser informado y a ejercer fiscalización sobre los recursos que el Partido recibe del Consejo Nacional Electoral. Se le ordenó al secretario del Liberalismo me entregara por escrito la información, indicándome la estructura de las nóminas, las funciones de cada cargo y asesor, así como el monto percibido mensualmente, omitiendo los nombres de los beneficiarios”.
Trapisonda. Algo más: “Jaramillo, en otra trapisonda, solamente indicó la enunciación de la estructura, el monto global mensual de los salarios y de los honorarios que llega a 132 millones de pesos, que al año bordean la escandalosa cifra de 1.600 millones, la tercera parte de los 4.900 que el Consejo Electoral paga por los votos a los liberales, dineros procedentes del erario, y que Pardo se tira en un puñado de ocultos neoliberales, 20 empleados y 15 contratistas”... “Por ello sorprende, que el lánguido Pardo, en una serie de misivas por Internet que le ha dado por enviarnos a los candidatos de todo el territorio nacional, hable de transparencia, cuando él mismo impide que podamos ver sin tapujo alguno el tamaño del dinero estatal y liberal que derrocha, que debería llegar a los municipios para fortalecer las campañas del ultrajado partido del pueblo, antes de que entregue la fría estructura a las maquinarias de la “U” y Cambio Radical, como lo propuso, cual megáfono por donde hablan veladamente Gaviria y Santos.
Gato-Pardo. “El Tribunal Nacional Electoral, facultado por la reciente reforma política, para disciplinar a los dirigentes de los partidos, tiene la palabra ante este desacato de orden de amparo, y veremos si en la noche todos los gatos son pardos”, declaró Palau a Yolian Fernando Chávez.