México recibe mañana y pasado mañana al presidente estadounidense, Barack Obama, en una visita destinada a convertir de nuevo a la cooperación económica en la prioridad de las relaciones, después de años en que la lucha contra el narcotráfico acaparó la agenda bilateral.
Es el primer viaje de Obama a México desde que asumió en diciembre el gobierno de Enrique Peña Nieto, que ve en esta visita una oportunidad de mostrar que el potencial de las relaciones va mucho más allá de la cooperación contra los poderosos cárteles de la droga.
"Hay una sintonía en los planteamientos que han hecho ambos gobiernos (...) que permite hablar en ambos lados de la conveniencia y de la necesidad de balancear y diversificar la relación", expone Sergio Alcocer, subsecretario (viceministro) de Relaciones Exteriores para América del Norte, en entrevista con la AFP.
El gobierno de México está implementando una nueva estrategia para frenar la violencia del crimen organizado, que marcó la anterior presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) por los más de 70.000 asesinatos que se cometieron durante ese gobierno en hechos vinculados con la delincuencia.
Ante el poder de fuego de los cárteles y su profunda infiltración en las policías, Calderón recibió ayuda estadounidense a través de la Iniciativa Mérida, un plan firmado por George W. Bush para transferir 1.900 millones de dólares principalmente en equipos y entrenamiento.
A la vez, Calderón reclamó con insistencia un mayor esfuerzo de Washington en otros frentes como el control de la venta y el tráfico de armas.
En el anterior gobierno "toda la relación bilateral se concentró en la lucha contra el narcotráfico y los demás temas se vieron un tanto castigados. Ahora Estados Unidos tiene la percepción de que fueron demasiados años concentrados en seguridad y quiere darle vuelta a la página", dijo a la AFP el analista Dámaso Morales, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la mayor del país./AFP