El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo a los inversores extranjeros que Rusia seguirá cooperando con los países occidentales a pesar de las persistentes tensiones, al tiempo que firmó un acuerdo con Grecia para la construcción de un gasoducto.
En declaraciones realizadas durante el Foro económico internacional de San Petersburgo, Putin aseguró que Rusia está "abierta al mundo" y que seguirá cooperando con los países occidentales, pese a las tensiones generadas por la crisis ucraniana.
"Nuestra cooperación activa con los nuevos centros del crecimiento mundial no significa en ningún caso que vayamos a prestar menos atención al diálogo con nuestros socios tradicionales en Occidente", declaró Putin.
Rusia intenta desde hace un año reforzar sus vínculos diplomáticos y comerciales con países emergentes como China, India y Brasil, sobre todo desde el estallido de la crisis en Ucrania, donde las fuerzas gubernamentales luchan contra insurgentes prorrusos en el este del país.
A raíz de este conflicto, los países occidentales impusieron una serie de sanciones a Moscú.
Con todo, el presidente destacó los éxitos económicos de su gobierno y dijo que la profunda crisis que algunos vaticinaban a causa de las sanciones occidentales y de la caída de los precios del petróleo "no se produjo".
"Hemos estabilizado la situación", zanjó Putin.
- Acuerdo con Grecia -
Tsipras fue uno de los pocos invitados de honor del Foro. En su encuentro, Putin y él abordaron la situación en Grecia, mientras en Bruselas crece el temor a que Atenas no pueda pagar a sus acreedores y el país tenga que dejar la Eurozona.
"Lo que llaman problema griego no es un problema griego, es un problema europeo. El problema no se llama Grecia, el problema se llama Eurozona y concierne a su estructura", dijo Tsipras.
Aunque parece que existen pocas posibilidades de que Putin ofrezca ayuda financiera a Tsipras, que ha criticado las sanciones occidentales contra Rusia, ambos países firmaron un acuerdo para construir un gasoducto ruso en Grecia.
Los dos Estados crearán una empresa conjunta, que controlarán a partes iguales, para construir un gasoducto en Grecia entre 2016 y 2019.
El gasoducto, denominado "South European", costará 2.000 millones de euros -unos 2.260 millones de dólares-, y su capacidad de entrega alcanzará los 47.000 millones de metros cúbicos de gas.
"Es el inicio de un amplio proyecto de inversión en Grecia, que es benéfico para la economía del país", declaró el ministro de Energía ruso, Alexander Novak.
Rusia llevaba meses negociando un acuerdo para prolongar en el territorio griego el proyecto de gasoducto Turkstream entre Rusia y Turquía.
El proyecto supone un revés para los occidentales: para Bruselas, que ve cómo Atenas se acerca a Moscú, y para Estados Unidos, que se enfrenta a Rusia por la crisis ucraniana y que recela de la intención de Moscú de reforzar sus capacidades de entrega de gas en el mercado europeo.
- Un comienzo difícil -
El Foro Económico de San Petersburgo tuvo un comienzo difícil el jueves, después de que Bélgica y Francia anunciaran el embargo de los activos del gobierno ruso en sus países, en el marco de un procedimiento de compensación por el cuestionado desmantelamiento de la petrolera Yukos, a principios de los años 2000.
La diplomacia rusa aseguró, por su parte, que estaba preparando "una respuesta judicial" a esa decisión.
"Aquellos que se atrevan a hacer eso (congelar los activos rusos) deben comprender que habrá medidas de represalia", declaró el viceministro de Relaciones Exteriores, Vasili Nebenzia.
Rusia vive una profunda crisis económica provocada, sobre todo, por la caída de los precios del petróleo, su mayor fuente de ingresos junto con el gas. El país ha vuelto a la recesión y su PIB debería caer alrededor del 3% este año, según sus previsiones y las de las organizaciones internacionales.
En este contexto, el exministro de Finanzas, Alexei Kudrin, pidió unas elecciones presidenciales anticipadas para impulsar las transformaciones necesarias en el país.
La Unión Europea decidió, además, prolongar seis meses las sanciones económicas contra Rusia.