El 16 de octubre la Comisión Primera del Senado aprobó en primer debate la reforma constitucional sobre restricción al acceso de propiedad por parte de extranjeros.
Para quienes se oponen a esa iniciativa, incluidos el Gobierno y varios congresistas del Partido Social de Unidad Nacional (La U), “se pretende, mediante una reforma constitucional, prohibir la inversión extranjera al sector agropecuario colombiano”, según palabras del senador nariñense Manuel Enríquez.
Para el congresista, “de cristalizarse, no sólo sería un grave error, sino que toca la Carta política, en uno de los renglones de la economía clave para enfrentar con éxito los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos y Europa".
Enríquez precisó que "son estos recursos los que le permitirán a Colombia, a mediano y largo plazo, generar empleo. También abre una puerta a la construcción de una plataforma exportadora en departamentos de una alta sensibilidad social como Nariño, Putumayo, Tolima, Boyacá, la zona rural de Bogotá y Cundinamarca entre otros".
El senador Enríquez mostró su preocupación de que la iniciativa contravenga tratados de orden internacional: "Hay tratados internacionales que están por encima de la Constitución. Colombia ha firmado varios acuerdos y TLC, que no pueden dejarse a la deriva. Sería oportuno revisar lo aprobado en la Comisión Primera del Senado con detenimiento".
Como lo publicó oportunamente EL NUEVO SIGLO, quien a nombre del Gobierno expresó su oposición al proyecto fue el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, a quien el senador huilense Hernán Andrade, del Partido Conservador, le respondió explicando que "hoy no hay peligro de seguridad alimentaria, pero ¿quién nos asegura que mañana vamos a seguir igual?”
"Abramos la discusión, porque podrá anochecer, y mañana nos comprarán la Orinoquia y no habremos hecho nada", manifestó Andrade, quien consideró que ya es hora de tomar una decisión para garantizar la seguridad alimentaria en el país. "El tema de tierras es vital en la economía y futuro del mundo. Las grandes potencias están comprando tierras para garantizar su seguridad alimentaria", explica.