COMO reza el popular refrán “difícil, pero no imposible”. Ese parece fue la máxima que desde meses atrás y con mayor fuerza desde hoy, sigue el primer ministro David Cameron frente a su sueño reeleccionista.
Surtidas las elecciones generales, que contrario a lo que vaticinaban las encuestas no fueron las más disputadas del último siglo, según el tradicional sondeo a pie de urna realizado por las grandes cadenas de televisión -BBC, ITN y Sky-, los conservadores del primer ministro David Cameron no sólo fueron los más votados con una enorme ventaja sobre los opositores laboristas, sino que habrían quedado a 10 escaños de lograr la mayoría absoluta en el Parlamento.
La gran encuesta (realizada a 20 mil electores) señala que los “tories" lograron 316 diputados, muy por delante de los 239 de los laboristas de Ed Miliband. Así los tories serían la primera fuerza del Parlamento, logrando 14 escaños más que en la legislatura anterior, seguido por los laboristas que habrían perdido 17 curules.
Entre tanto los nacionalistas escoceses del SNP, liderados por Nicola Sturgeon se encasillarían en el tercer lugar alcanzando 58 de los 59 escaños en disputa y registrando un meteórico ascenso con 52 diputados y los demoliberales, los socios del actual gobierno, la cuarta con 10, perdiendo 40 bancas. Finalmente el UKIP conservaría las dos que tiene.
El avance del SNP no sólo sería histórico, sino que confirmaría la aniquilación de los laboristas en su antiguo feudo escocés, que llega después de su defensa del "no" en el referéndum de independencia de septiembre de 2014.
Cabalgando en la gestión económica, Cameron inició su campaña -meses atrás- confiado en que ese sería el valor diferencial y agregado frente a su más fuerte rival, Miliband. Ello le permitió hacer gala del "chillaxing" (relajamiento) político, pero que debió cambiar por un tono más combativo una vez se conoció la semana pasada que el crecimiento de la economía británica en el primer trimestre de este año creció solamente 0,3%.
El dato que pretendió ser explotado por la oposición laborista, sin embargo fue muy bien manejado por la dirigencia “tory” y específicamente por el premier quien argumentó –y convenció- que las cifras del PIB muestran que” nuestra economía todavía crece pero que no podemos dar por hecha la recuperación”. Por esa razón, agregó, “no debe ponerse en peligro con Miliband y los nacionalistas escoceses”.
Sólo hasta hoy en la mañana se conocerán los resultados oficiales, que generalmente confirman la proyección del sondeo a pie de urna. Así ha ocurrido en las dos últimas elecciones. Conocida la conformación del nuevo Parlamento lo que sigue es el inicio de una negociación de los conservadores para asegurar la mayoría y la formación del nuevo gobierno.
Descartado de plano por los propios nacionalistas escoceses de Sturgeon un apoyo a los conservadores, Cameron vuelve la mirada a sus actuales socios, los demoliberales de Nick Clegg, a quien no le disgustaría la idea de seguir en la coalición de poder. Es la vía más viable.
Las negociaciones para la formación de gobierno no deberían alargarse más allá del 27 de mayo, cuando está previsto el discurso que la reina Isabel II pronuncia anualmente en el Parlamento y en el que esboza los proyectos del primer ministro para los doce meses siguientes.
Si logra formar gobierno y por ende su reelección, el repitente premier británico deberá encarar el prometido referendo para salir de la Unión Europea, antes de que acabe el 2017, idea que ha suscitado inquietud en sus pares del Viejo Continente, cautela en los inversores y prevención en el mercado bursátil.
Entre tanto, el ascenso de los nacionalistas escoceses, abiertos contradictores del gobierno Cameron, revive la posibilidad de un referendo por la independencia, pese a que Londres ya entregó las concesiones que ofreció cuando se realizó la convocatoria popular el año pasado.
Ese fantasma lo “invocó” la propia Sturgeon ayer después de depositar su voto. "Mi mensaje es que defenderemos a Escocia pero al mismo tiempo buscaremos formar alianzas con gente de todo el Reino Unido para hacer mejor la política en el país".
El Reino Unido es un país de cuatro naciones y con marcadas diferencias entre éstas. Por ello los múltiples retos a la hora de gobernar. Eso lo tiene muy claro Cameron, el primer ministro más joven en 200 años de historia inglesa y el hombre que devolvió al poder a los conservadores tras 13 años de laborismo.
Cameron es descendiente directo del rey Guillermo IV (1830-1837) y, según confesó recientemente, primo decimotercero de Kim Kardashian, la celebridad estadounidense. La formación política que adquirió trabajando con el premier John Major fue pieza clave para su desempeño en el gabinete de oposición al laborista Tony Blair. De allí, su meteórica carrera desembocó en el liderazgo tory, con el que llegó al poder el 11 de mayo de 2010.
Hoy, cinco años después y tras lograr que el país tenga un crecimiento económico lento pero seguro, Cameron se enfila a seguir con la llave del No.10 de Downing Street./EL NUEVO SIGLO con AFP