Los rumores acerca de que en la dirección del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) sería nombrada la actual consejera para Bogotá, Gina Parody, llevó a que el presidente del Senado, Roy Barreras, le dijera a un grupo de periodistas que él preferiría en ese cargo a alguien de su organización política.
Barreras, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), colectividad en la que alguna vez militó Parody y con cuyo aval llegó a ocupar una curul en la cámara alta del Congreso, aseguró ayer que “un tecnócrata lo puede hacer bien, pero también lo puede hacer mal, sería mejor que fuera un miembro del partido de La U quien dirija el Sena”.
Según Barreras, el Gobierno Nacional viene tomando decisiones apostándole a una tecnocracia desconectada de los partidos y desconectada de la representación política.
Aunque lo calificó como “debate nacional interesante”, Barreras se manifestó que en el mundo entero los partidos que ganan gobiernan, haciendo referencia a la participación de Parody dentro del gabinete de Santos: “Habrá que avanzar en ese debate de modernización de los partidos, porque los tecnócratas no representan a nadie, a veces son muy buenos, a veces son muy malos, pero en todo caso no son capaces de transmitir el buen gobierno de Santos a las bases populares”.
Armando Benedetti, colega y copartidario de Barreras, criticó esa posición considerando que si la dirección del Sena la asume Parody “el Sena queda en muy buenas manos”. Señaló que “yo conozco a Gina y es una persona capacitada”.
Benedetti agregó que el lio es que en La U hay una “desconexión” entre Barreras, el presidente de la colectividad Aurelio Iragorri y la Casa de Nariño, porque “es ilógico” que siendo el partido del Gobierno se comunique con éste a través de los medios de comunicación y no establezca un contacto directo.
“No estoy de acuerdo con pedir el Sena porque el partido no debe andar pidiendo puestos a través de los medios de comunicación”, señaló.
En medio de la polémica, Barreras negó los rumores según los cuales su molestia radicaría en el incumplimiento de una promesa, la cual consistía en entregarle la dirección del SENA.
Precisando que “yo soy senador, no puedo ocupar ningún cargo”, Barreras insistió en que el Gobierno no le prometió alguna cuota en ese cargo.