Los narcotraficantes latinoamericanos están empleando cada vez más los contenedores con exportaciones lícitas para enviar la cocaína a Europa a través de África, según un estudio de las policías de América (Ameripol).
“El comercio mundial de contenedores es la mayor amenaza del narcotráfico para enviar droga a cualquier punto del mundo de una manera rápida, eficaz y con poco riesgo”, señaló el informe que analiza los casos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú.
“Los grandes alijos incautados en Europa ya no se dan con frecuencia, ahora hay nuevas modalidades de envíos menores a través de contenedores”, explicó María Antonia van Gool, embajadora en Colombia de la Comisión Europea, que financió el estudio.
La embajadora reclamó mayor cooperación en la lucha contra el narcotráfico de todos los países, tanto productores y de tránsito como consumidores, “porque es muy difícil revisar todos los contenedores”.
“Se encuentra droga en uno y pasan seis, por eso la policía portuaria ahora tiene que ser más astuta”, apuntó.
“El crimen organizado cada vez se encuentra más globalizado, y el tráfico de drogas no es ajeno a este proceso”, refirió el informe que señala que los países “centroamericanos y del Caribe están dinamizando el transporte hacia Estados Unidos y Europa”.
Según el estudio, aunque las rutas tradicionales de tráfico de cocaína desde Colombia y Perú se mantienen, África se ha convertido en “despensa” para el envío de la droga a Europa.
“África está viviendo una situación de país tránsito de drogas ilícitas, especialmente cocaína que proviene de América del Sur”, puntualizó.
Colombia y Perú son los principales productores mundiales de cocaína.
Pero también los cárteles han establecido una nueva ruta por la que, desde América del Sur y sobre todo desde Brasil, envían la droga oculta en contenedores de barcos mercantes hacia países balcánicos o de Europa del Este, añadió el diagnóstico.
El informe destacó que grupos nigerianos controlan 30% de la cocaína que se exporta por vía marítima desde Brasil.
El informe llamó la atención sobre Panamá, donde “existen funcionarios de seguridad y del mismo engranaje portuario permeados por estas organizaciones, permitiendo la contaminación de contenedores mediante el ingreso de pequeñas cantidades de clorhidrato de cocaína”.
Además, Colombia y Perú, junto con “emisarios mexicanos y de otras nacionalidades, aprovechan su posición idónea en el Pacífico para enviar cargamentos importantes de droga a cualquier parte del mundo”, refirió el estudio.
El director de la Policía, general Rodolfo Palomino, pidió a la comunidad internacional que “frente al problema del narcotráfico no haya indiferencia”.
En este sentido la embajadora van Gool destacó la cooperación de Venezuela, y dijo que la inteligencia de ese país “ha sido crucial”.