Que Colombia pasó de ser un país productor de drogas ilegales a consumidor es una afirmación que genera polémica. Sin embargo, diferentes estudios muestran que las cifras van en aumento y que se requiere mayor prevención.
Las autoridades a diario decomisan montones de dosis y de cargamentos y hasta han expresado preocupación por la cantidad de marihuana, de diferentes especies, que circulan para el consumo nacional.
Hechos como el ocurrido en el colegio Marco Fidel Suárez o el posterior en planteles del sur de la ciudad, han prendido las alarmas de nuevo.
De acuerdo con la OEA, la prevalencia del consumo de alcohol entre estudiantes de secundaria en América Latina oscila entre un 20% y un 70%.
Pero en Colombia llama la atención que los jóvenes, entre 12 y 24 años, en su mayoría acepta haber consumido, aunque sea en una ocasión marihuana, mientras que un grupo significativo habla de otras drogas, incluso algunas que son para tratar caballos o, como ocurrió en el colegio Marco Fidel Suárez, polvo químico de extintor, del que dicen los fabricantes no es tóxico en recintos abiertos, pero que en espacios reducidos sí genera reacciones.
De acuerdo con el estudio sobre consumo de sustancias psicoactivas (SPA) realizado en 57 Instituciones Educativas Distritales por Acción Técnica Social entre octubre de 2014 y marzo de 2015, la edad promedio de consumo de las sustancias consideradas legales es de 12 años, y el de ilegales es de 13 años.
“Con base en este estudio también se pudo concluir que la marihuana es la sustancia psicoactiva de consumo ilegal de mayor frecuencia entre estos jóvenes”, señala ATS.
Los datos actuales sobre el consumo de marihuana de los colombianos entre los 12 y 24 años que constan en el Estudio Nacional de Sustancias Psicoactivas en Colombia, no detallan con exactitud esta práctica para personas comprendidas en el rango de los 12 a 17 años.
El estudio realizado en el año 2013 y en el cual se encuestó a un total de 32.605 personas indica que el 11.5% de ellas, equivalente a 3.749 personas, ha consumido marihuana al menos una vez en su vida, el 62% de ellas, equivalente a 2.156 personas, hace parte de la población comprendida entre los 12 y los 24 años de edad.
Según cifras del 2012, en Colombia existen 5´280.618 de adolescentes de 12 a 17 años, los cuales representan el 11,34% de sus habitantes, por lo tanto las preocupaciones al respecto tienen sustento.
El DIC y el polvo de extintores, sustancias que fueron usadas por los estudiantes del colegio Marco Fidel Suárez, son consideradas sustancias psicoactivas legales de uso indebido, ¿Qué información llevó a estos jóvenes a consumir estas sustancias que no habían sido usadas como SPA con anterioridad?
Julián Molina, químico farmacéutico y coordinador del Servicio de Análisis del proyecto Échele Cabeza cuando se dé en la Cabeza, liderado por la Corporación Acción Técnica Social, indica: “El DIC es un solvente denominado cloruro de etileno con usos en la industria. Generalmente, las situaciones de crisis por su consumo, están relacionadas con asfixias (por estar inhalando la sustancia en lugar de respirar normalmente) y por metahemoglobinemia, es decir que esta sustancia desplaza el oxígeno de la hemoglobina en la sangre”.
Esto, agrega Molina, puede causar asfixias; no intoxicaciones.
El DiC produce embriaguez parecida al alcohol, posteriormente estupor y alucinaciones sobre todo de tipo visual. Puede causar asfixia o hipoxia puesto que el usuario en vez de estar respirando normalmente, se encuentra inhalando estos vapores. A largo plazo puede afectar todas la vías respiratorias y afectar aspectos de la parte cognitiva como memoria y concentración.
¿Qué pasa con los jóvenes que consumen sustancias psicoactivas?
De acuerdo con el estudio, las instituciones educativas hacen su mayor esfuerzo para implementar programas de prevención en el consumo de drogas, tarea fundamental entre la niñez y la adolescencia.
Sin embargo, añade, “es determinante fortalecer y complementar estos esfuerzos desde nuevas propuestas y estrategias que combinen la teoría, la creatividad y la cultura en el diseño y desarrollo de propuestas y estrategias de comunicación alternativa, con énfasis entre aquellas personas que cruzan la línea del primer consumo. Tratar el tema desde el enfoque prohibicionista y valiéndose de procedimientos convencionales; además de acomodarse en el discurso sobre privación del consumo ya no es suficiente”.
Por su parte, el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas de 2013, señala el aumento del uso de drogas ilícitas, principalmente de marihuana. También se confirma la existencia de una amplia variedad de sustancias tanto lícitas como ilícitas, con uso extendido en una parte importante de la población y con mayor presencia en los jóvenes.
Ante dicho panorama, el Ministerio de Salud empezó a promover la construcción del Plan Nacional para la Promoción de la Salud, la Prevención y la Atención del Consumo de Sustancias Psicoactivas 2014 - 2021, a través de un proceso ampliado de consultas con instancias académicas, científicas e instituciones y organizaciones en el ámbito nacional y territorial. De esta forma, el plan traza la respuesta articulada e intersectorial para enfrentar el abuso de drogas y sus consecuencias, reforzando los enfoques de salud pública y derechos humanos expresados en la Política Nacional para la Reducción del Consumo de Drogas y su Impacto.
Otros estudios revelan que entre los niños de calle es común la inhalación de pegante u otras sustancias, mientras que la cocaína la emplean cerca del 3% de los jóvenes.
También acuden a la heroína, el bazuco y el éxtasis, sin olvidar que recurren a mezclas, disolventes o drogas que son empleadas por los veterinarios.
EL CONSUMO de drogas ilegales en el país ha aumentado, de acuerdo con diferentes estudios.