*Cayó votación partidista
*El debate reformista-electoral
Los resultados de las consultas de los partidos Mira, Polo Democrático y el Partido Verde, avaladas por la Registradora Nacional, que se efectuaron el pasado domingo, no respondieron a las expectativas. La Registraduría que calculaba gastar 70 mil millones de pesos, al percibir el desánimo partidista redujo los gastos a un poco más de 36.000 millones de pesos. Sumas cuantiosas, sin contar lo que los partidos gastan internamente para movilizar a sus parciales y simpatizantes. Se esperaba que depositaran su voto 7 millones y apenas concurrieron 506.013 ciudadanos. Como se sabe la Registraduría elabora los tarjetones con la foto de los candidatos y debe tener el monto de material que la situación amerita cuando se va a votar, dado que se armaría un lío mayúsculo en el caso de que los ciudadanos acudan a las urnas y falten los tarjetones para marcar su voto.
Tras campañas internas agitadas y costosas, cuando las bases partidistas se quedan en su casa o no responden a las instancias jerárquicas, se pierde la cuantiosa inversión en tarjetones y otros gastos importantes. No es la primera vez que esas consultas internas de los partidos muestran el eventual desinterés de sus seguidores. Y, por lo general, las explicaciones son las mismas: Falta de información, de comunicación, frustración generalizada, apatía ciudadana, huelga de los seguidores, crisis de los partidos y de credibilidad de sus dirigentes. En fin…
Lo cierto es que los partidos políticos, en particular los que obedecen a proyectos electorales circunstanciales, sin verdadero arraigo en la población, que como todos dependen del electorado para sobrevivir, son como las plantas: crecen, se desarrollan, sobreviven y mueren. Por más que el sistema democrático-electoral pretenda legitimarlos y fortalecerlos con la participación popular, cuando baja la mística la participación decae y la movilización de masas se convierte en pesadilla. Si bien los de Mira sacaron en la consulta 284.869 sufragios que, dadas las circunstancias, es una votación importante. El Polo Democrático obtuvo 160.046 sufragios. Y el Partido Verde 61.098 votos. Según los expertos, en las circunstancias actuales de apatía que se vive en lo interno en algunas agrupaciones políticas, esas votaciones se consiguieron con gran esfuerzo y dedicación. Y, dada la situación de desencanto en las bases el esfuerzo es mayor. ¿No es mejor y más barato convocar convenciones partidistas en las cuales voten los militantes de cada partido, bajo la vigilancia de la Registraduría?
Como hizo un día espléndido no se puede alegar que la naturaleza mandó un aguacero descomunal que impidió cumplir la cita, ni tampoco que la Registraduría no hizo su trabajo, ni los jurados; allí estuvieron horas y horas esperando en medio de bostezos y con infinita paciencia a los votantes. Quizá, como aducen unos, falló la propaganda interna partidista. Existe confusión en el electorado que propicia por temporadas la deserción, en especial en el caso de la izquierda que en estos momentos se reacomoda políticamente. Así como en el campo de los verdes las contradicciones aumentan y amenaza la estampida, mientras los de Mira, mantienen la cohesión y participación disciplinada.
La desolación que se observó el domingo en los puestos de votación y que registró el lunes en una foto en primera página El Nuevo Siglo, habla por sí misma. Pareciera que entre los partidos emergentes terminan por alcanzar mayor clientela electoral los que se organizan a última hora, que después según las circunstancias languidecen o crecen. Y, entonces ¿qué pasa con las maquinarias? La respuesta es la misma, no se movilizaron, no gastaron, no concurrieron. Aceitar las maquinarias partidistas en las ciudades cuesta mucho y se depende en alguna medida, por fortuna no en todos los casos, de la generosidad de los contratistas. Lo que lleva de nuevo al tema de la financiación de las campañas. Dado que se pervierte el sistema. Ya el ministro del Interior, Fernando Carrillo, expresó que se debe sacar una lección de lo ocurrido:“La idea es encontrar un mecanismo que ayude a fortalecer la democracia interna de los partidos, pero que no le cueste tanto a la Nación”. El ministro abrió el debate, los partidos políticos y los ciudadanos tienen la palabra. Se trata de vigorizar la democracia partidista y de facilitar la participación popular en la política, teniendo en cuenta que el proselitismo no puede derivar en un asunto puramente económico, el gran motor de la política debe ser el de las ideas y propuestas.