Los conservadores, que vuelven al poder tres años después de haberlo perdido, tendrán el desafío de reactivar una economía en recesión y plantarle cara a una China cada vez más reivindicativa en la geopolítica regional.
El PLD, liderado por el probable futuro primer ministro Shinzo Abe, habría logrado entre 275 y 310 escaños de los 480 de la Cámara baja, según sondeos efectuados a pie de urna por la cadena pública NHK.
Esto les garantizaría la mayoría absoluta. Su aliado, el Nuevo Komeito, obtendría entre 27 y 35 escaños.
Este partido podría permitir a la coalición encabezada por el PLD alcanzar la mayoría de los dos tercios necesaria para aprobar leyes en el caso de que las rechace el Senado, la Cámara alta del Parlamento donde ningún partido tiene mayoría.
En tanto, el Partido Demócrata de Japón, en el poder desde hace tres años, sólo conseguiría entre 55 y 77 escaños, en comparación con los 308 de 2009.
Todos los sondeos divulgados antes de las elecciones indicaban la posibilidad de una sonora derrota del PDJ, del primer ministro Yoshihiko Noda (centroizquierda).
Con este resultado, el ex jefe de gobierno Shinzo Abe parece a punto de volver al poder, después de una campaña en la cual esbozó una línea más dura en materia de política exterior, mientras aumenta la tensión con las autoridades chinas debido al contencioso por un grupo de islas en el Mar de China Meridional.
Este "halcón" que fue brevemente primer ministro en 2006 y 2007 afirmó durante la campaña electoral que sólo prometía lo que podía cumplir, especialmente en materia económica, en momentos en que Japón arrastra el lastre de una deflación persistente y un yen demasiado fuerte, en un contexto de crisis económica internacional.
También desea ver funcionar de nuevo los reactores nucleares pese al traumatismo causado por el accidente de Fukushima en marzo de 2011.
Más de 100 millones de japoneses estaban convocados para elegir a los 480 diputados de la Cámara baja, que nombrarán al primer ministro de esta nación con demografía envejecida, poderosa económicamente pero en recesión y con una diplomacia inaudible frente al gigante chino.
Abe advirtió rápidamente a China que las islas Senkaku, reivindicadas enérgicamente por Pekín, pertenecen a Japón.
"China impugna el hecho de que (estas islas) son una parte inherente del territorio japonés. Nuestro objetivo es poner fin a esa reivindicación", declaró Abe a la televisión privada NTV poco después del anuncio de la esperada victoria de su partido.
"No tenemos intenciones de deteriorar las relaciones entre Japón y China", añadió no obstante Abe.
Unos 300 diputados sobre los 480 serán designados en escrutinio uninominal en 300 circunscripciones locales. Los 180 escaños restantes serán atribuidos según el método proporcional en 11 grandes zonas regionales.
El PDJ, que ha pagado los platos rotos de la coyuntura económica mundial y de la triple tragedia de marzo de 2011 (terremoto, tsunami y catástrofe nuclear de Fukushima), se ha desmoronado en menos de una legislatura tras llegar al poder de la mano de una opinión pública entusiasta que le dio 308 diputados hace apenas tres años./AFP