Conservadores búlgaros la tienen difícil para gobierno | El Nuevo Siglo
Lunes, 13 de Mayo de 2013

El partido conservador búlgaro Gerb del ex primer ministro Boiko Borissov, quien se vio obligado a dimitir en febrero pasado bajo la presión de manifestaciones, logró una ligera ventaja en las elecciones legislativas anticipadas de ayer, según varias encuestas a boca de urna.

El partido de Borissov obtuvo entre el 30,4% y el 34% de los votos, mientras que su principal rival, el partido socialista (PSB, excomunista) consiguió entre el 25,3% y el 27,1%, de acuerdo a cinco sondeos.

Es la primera vez en Bulgaria, desde la caída del régimen comunista hace 23 años, que un partido es reelecto.

Sin embargo, si se confirma esta ligera ventaja, los conservadores no obtendrán mayoría en el parlamento y tendrán dificultadas para formar un gobierno ya que las posibilidades de coalición son limitadas.

La comisión electoral anunciará los resultados parciales el lunes por la mañana.

Los otros dos partidos que superaron el umbral del 4%, necesario para tener representación en el parlamento, que cuenta 240 escaños, son el Movimiento por los Derechos y Libertades (MDL, minoría musulmana turca), que obtuvo entre 10% y 11,5% de los votos, y el partido nacionalista y xenófobo Ataka, que consiguió entre el 7,3% y el 8,6%, según las encuestas.

Ataka apoyó durante un tiempo a Boiko Borissov, tras la formación de un gobierno minoritario en 2009, pero este domingo su líder, Volen Siderov, excluyó claramente esa opción.

Por otra parte, una coalición entre los dos enemigos jurados, el GERB y los socialistas, es poco probable.

"Hay un gran peligro de bloqueo en el parlamento", sostuvo Ognian Mintchev, director del Instituto de Estudios Regionales e Internacionales.

"Mañana sabremos con más exactitud, después del conteo de los votos de los búlgaros que viven en el extranjero, qué partido obtiene el quinto puesto. Los principales partidos de la oposición --PSB et MDL-- podrían obtener juntos menos de 120 votos, o más, y eso cambiaría todo", subrayó por su parte Andrey Raytchev, del instituto Gallup.

Los socialistas y el MDL gobernaron juntos de 2005 a 2009, bajo la dirección de Serguei Stanichev, el dirigente del PSB.

La campaña electoral, lejos de responder a las expectativas de la población, se centró en un ajuste de cuentas entre socialistas y conservadores por un escándalo de escuchas ilegales.

La decepción de la población se tradujo en la participación de este domingo: alrededor del 50% de los 6,9 millones de electores votaron, según las encuestas, contra un 60,2% hace cuatro años.

Si tras la votación no se formara ningún gobierno, el gabinete interino dirigido por el diplomático Marin Raykov permanecerá en el poder para despachar los asuntos diarios hasta la organización de nuevas elecciones en el otoño boreal, un escenario que contemplan numerosos politólogos en Sofía.

Ese escenario agravaría la situación económica del país, en donde el crecimiento alcanzó un 0,8% el año pasado y en donde una de cada cinco personas no tiene empleo, según cifras extraoficiales.

Algunos no excluyen que se reanude la crisis social del invierno pasado cuando decenas de miles de búlgaros salieron a la calle en las grandes ciudades para protestar por la subida de su factura eléctrica, que en enero se duplicó con respecto a los meses anteriores. Un golpe en un país en el que el salario medio es inferior a 400 euros.

El movimiento espontáneo se transformó, bajo la influencia de múltiples grupos de la sociedad civil, en una amplia movilización contra la miseria crónica --Bulgaria es el miembro más pobre de la Unión Europea--, el desempleo y la corrupción que afecta a la clase política y a las instituciones del país.

La desesperación condujo a siete personas a quemarse vivas, seis de las cuales murieron, en un hecho sin precedentes en este país balcánico.

La dimisión del gobierno llevó a la celebración de elecciones anticipadas, dos meses antes de la fecha prevista. El avance de los comicios impidió a los grupos civiles organizarse en movimiento político, lo que condenó a la población a elegir entre partidos contra los cuales protestó./AFP