Los conservadores alemanes de la canciller Angela Merkel entablaron "discusiones exploratorias" con el Partido Verde con vistas a una hipotética alianza gubernamental, contemplada con escepticismo por ambas partes.
El partido CDU/CSU de Merkel obtuvo un espectacular 41,5% de los votos en las elecciones legislativas del 22 de septiembre, pero su éxito borró del Parlamento federal, por no obtener el 5% de los votos, a su tradicional aliado, el Partido Liberal FDP.
Eso obliga a los conservadores a buscar otros aliados para formar mayoría. Y para ello tantea al Partido Verde, debilitado tras obtener un resultado de sólo 8%, y al Partido Social Demócrata (SPD, que obtuvo el 25,7%), con el que Merkel ya gobernó en el periodo 2005-2009.
"Llevaremos con gran seriedad todas las negociaciones" aseguró el martes la canciller al grupo parlamentario CDU/CSU.
Llegar a un acuerdo con los verdes será aparentemente más difícil que con el SPD, después de las críticas virulentas formuladas por el candidato de ese partido Jurgen Trittin contra del gobierno.
Trittin, un exministro de Medio Ambiente y peso pesado de los ecologistas, denunció como "cínica" el reclamo del ministro del Interior Hans-Peter Friedric de reglas más estrictas contra los inmigrantes ilegales, después del naufragio que la semana pasada dejó más de 300 muertos frente a la italiana de Lampedusa.
Por su parte, Katrin Goring Eckardt, una de los ocho miembros del partido Verde que negociará con la CDU, consideró que el gobierno de Merkel tenía "posiciones muy divergentes" de las del partido ecologista "sobre la lucha contra el calentamiento global o (la voluntad de una) sociedad más abierta".
Para el CDU, "gobernar con el 8% de los verdes (sería) mucho más fácil que con el 26% del SDP", subrayó un editorialista del sitio web del semanario Der Spiegel.
Jakob Augstein, uno de los editorialistas más famosos de Alemania, asegura que el éxito de las negociaciones actuales sería "un acontecimiento de dimensiones históricas" y "el fin de los Verdes", que entrarían "en el jirón de los partidos burgueses"./AFP