El Partido Demócrata (PD, izquierda) y el Pueblo de la Libertad (PDL, derecha) anunciaron la intención de apoyar al expresidente del Senado Franco Marini, de 80 años, como candidato a la elección presidencial que se llevará a cabo a partir del jueves en el parlamento.
"La candidatura de Franco Marini es la que tiene posibilidad de lograr las mayores convergencias", declaró el jefe del PD, Pier Luigi Bersani, luego de negociaciones con la derecha.
"Franco Marini es una persona positiva y seria, y para nosotros (el Pueblo de la Libertad) no se trata de una derrota", afirmó a su vez Silvio Berlusconi.
"Marini podrá asegurar una convergencia de las fuerzas de centro derecha y de centro izquierda", aseguró.
Las elecciones legislativas no lograron una mayoría clara en el Parlamento, donde la izquierda es mayoritaria en la Cámara de diputados, mientras el Senado está dividido en tres bloques.
Sindicalista y hombre político de mucha experiencia, Franco Marini fue presidente del Senado de 2006 a 2008 y hace parte del ala demócrata cristiana del Partido Demócrata.
El Parlamento italiano, en sesión conjunta con los representantes de las 20 regiones de la península, se disponen a elegir mañana al nuevo presidente de la República, una etapa clave para resolver la parálisis política que atraviesa el país desde hace 50 días.
La víspera de la elección, la clase política celebraba intensas reuniones para escoger a uno de los candidatos, entre los cuales figuran varios veteranos políticos, entre ellos los ex primeros ministros Massimo D'Alema y Giuliano Amato y un reconocido intelectual, el jurista Stefano Rodotá.
Según medios de prensa, la izquierda y la derecha acordaron votar por Franco Marini, ex presidente del Senado del 2006 al 2008 y exsindicalista católico acostumbrado a mediar entre rivales, aunque su nombre no parece obtener la simpatía de todas las fuerzas progresistas.
La elección del presidente se celebra en un momento crucial para el país, azotado por la crisis política y económica y la imposibilidad de lograr un consenso por los vetos cruzados, y deberá servir para aclarar el futuro de Italia.
El candidato al cargo más importante y estable del país, que dura siete años, es por tradición una personalidad por encima de las partes y una figura que garantiza el equilibrio de la vida política, ya que es la única persona con derecho a disolver el Parlamento y a convocar elecciones anticipadas.
En las votaciones secretas que se inician el jueves para remplazar al actual apreciado estadista, el ex comunista Giorgio Napolitano, de 87 años, tienen derecho a pronunciarse 319 senadores, 630 diputados y 58 delegados regionales.
Estas votaciones resultan particularmente delicadas por el atolladero en el que se encuentra la península, sin poder formar un gobierno desde las elecciones legislativas de finales de febrero, debido a que las tres mayores formaciones, la izquierda de Pier Luigi Bersani, la derecha de Silvio Berlusconi y el Movimiento Cinco Estrellas del cómico "antisistema" Beppe Grillo, quedaron prácticamente empatadas.
Frente a la incapacidad de las fuerzas políticas de llegar a un acuerdo para formar un ejecutivo estable y nombrar al primer ministro, la elección del presidente resulta aún más complicada: una partida de póker con "un as escondido", aseguran varios editorialistas.
Los partidos trabajan desde hace días entre bambalinas y en silencio para lograr un acuerdo, sin que por ahora se filtre a la prensa el nombre del candidato escogido.
Bersani y Berlusconi se han reunido una sola vez para "oficialmente" fijar los criterios de selección, y según indiscreciones se encaminan a encontrar un nombre que los satisfaga.
El candidato debe lograr los dos tercios de los votos en las primeras tres votaciones y a partir de ese momento necesita la mayoría absoluta, algo con lo que la izquierda teóricamente cuenta al sumar 495 votos sobre los 504 necesarios.
Berlusconi, líder de la derecha italiana y magnate de las comunicaciones, de 76 años, presiona desde hace semanas para que la izquierda no logre una alianza con el movimiento de Grillo y elija una personalidad radical, que no tolere sus escándalos y líos judiciales por fraude fiscal e inducción a la prostitución de una menor.
Los últimos presidentes de la República, entre ellos Oscar Luigi Scalfaro (1992-1999) y Carlo Azeglio Ciampi (1999-2006) y sobre todo Napolitano han tenido que intervenir en varias ocasiones en la vida política frente a varias crisis, por lo que el cargo ha dejado de ser tan honorífico.
En la lista de candidatos con más posibilidades en las últimas horas figura el profesor emérito de Derecho Civil Stefano Rodotá, de 79 años, coautor de la Carta Fundamental de Derechos de la Unión Europea, quien ha estado a cargo de la entidad oficial que mide libertades individuales, nuevos derechos, calidad democrática y abuso de poder.
Rodotá, quien fue el primer presidente del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), fundado en 1991, es el candidato también del movimiento de Grillo después de que la renombrada periodista de investigación Milena Gabanelli, vencedora de la consulta hecha en internet por los llamados "grillini", renunciara a la candidatura.