Una completa y profunda mirada a la evolución del trabajo del fotógrafo desde sus años de formación surrealista hasta el registro poético de sus peregrinaciones a lo largo del mundo y su práctica singular de la reportería gráfica es lo que se puede apreciar en la exposición “Henri Cartier Bresson: un fotógrafo alrededor del mundo” que se presenta en el Museo de Arte Miguel Urrutia del Banco de la República.
La obra de este francés es fundamental para comprender la historia de la fotografía del siglo XX. Esta exposición presenta un conjunto de imágenes emblemáticas de su carrera, desde sus inicios hasta sus grandes reportajes para la Agencia Magnum.
Cartier Bresson nació en 1908 y desde niño mostró una fuerte inclinación por el arte, particularmente por el dibujo y la pintura, técnicas en las que se formó durante su juventud. Durante los años veinte fue cercano al movimiento surrealista, en un momento de su historia en el que la imagen fotosensible protagonizaba su proyecto poético.
Durante los años treinta dejó París y recorrió el mundo: primero el África subsahariana, en donde tomó sus primeras imágenes; después Europa Oriental y Meridional, de donde proceden algunas de sus instantáneas más impactantes; y finalmente México.
De regreso en Europa, a finales de los años treinta, en medio de un contexto político marcado por la llegada al poder del fascismo en Alemania y España, Cartier-Bresson debutó como fotoperiodista. De estos años sobresale el reportaje sobre la coronación de Jorge VI como rey de Inglaterra y dos documentales cinematográficos sobre la Guerra civil española, Victoire de la vie y L’Espagne vivra.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue enlistado en el Servicio Cinematográfico del ejército francés y fue detenido en un campo de prisioneros en Alemania, del que logró huir tras tres intentos de fuga en 1943. De regreso a su país continúo con su trabajo de fotoperiodista documentando la Masacre en Oradour-sur-Glanes, un campo de prisioneros en Dessau y la liberación de París y Alemania.
En 1947 el Museo de Arte Moderno de Nueva York organizó una retrospectiva póstuma en su honor, pues entonces se creyó que el fotógrafo había muerto durante la guerra. Ese mismo año fundó, junto a los fotógrafos David Seymour, Robert Capa, William Vandivert y George Rodger, la emblemática agencia Magnum Photos.
Para Magnum Cartier-Bresson realizó sus reportajes más emblemáticos. Con la mirada aguda y respetuosa que lo caracterizó fue testigo de algunos de los acontecimientos más importantes del siglo XX, entre ellos, los últimos días del Kuomintang en China, los funerales de Gandhi en India y la independencia de Indonesia. Cabe recordar que Cartier-Bresson fue el primer fotógrafo a quien la URSS le otorgó visa de periodista desde el inició de la Guerra Fría.
En 1952 publicó su primer libro, Images à la Sauvette (El instante decisivo), cuya carátula estuvo a cargo del artista Henri Matisse. Unos años más tarde, en 1955, otro artista, el pintor Joan Miró, ilustró la carátula de otro de sus libros, Les Européens.
A principios de los años setenta el fotógrafo se alejó de Magmun y del fotoperiodismo y se dedicó a la conservación de su obra a través de publicaciones, exposiciones y la creación de la Fundación Cartier-Bresson. Al final de su vida retomó su gran pasión, el dibujo. Falleció en 2004.
En 2010 el MoMa de Nueva York calificó a Cartier-Bresson como “el mejor fotógrafo del siglo XX”, lo hizo durante la exposición The Modern Century, la segunda gran retrospectiva que presentó de su trabajo. Título que se sumó a dos más que ya le había adjudicado el reconocido teórico de la imagen David Präkel, los de ser “el inventor de la fotografía de calle” y “el padre del fotoperiodismo”.
Para comprender mejor esta exposición, hoy a las 5 p.m, Julien Petit, historiador del Arte y de la Fotografía de la Universidad Panthéon Sorbonne – Paris I. Magister en Historia de la Fotografía del Institut National d’Histoire de l’Art (INHA. Paris) dictará en el auditorio del Museo la conferencia “Henri Cartier-Bresson, la poética del reportaje”.