El debate sobre el control de armas de fuego en Estados Unidos superó el jueves un obstáculo importante en el Senado, que aprobó iniciar la discusión de una ambiciosa reforma legislativa cuyo resultado sigue incierto por la decidida oposición de los republicanos.
Un total de 68 senadores votaron a favor de abrir el debate, entre ellos 16 republicanos que dieron su apoyo a los demócratas, frente a 31 que rechazaron la iniciativa.
Pero el fondo del debate se extenderá hasta la próxima semana, cuando los republicanos prevén presentar decenas de enmiendas. En este contexto, pocos políticos o analistas se animan a predecir el resultado final del debate.
"El trabajo duro comienza ahora", admitió el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid.
A través de su portavoz, Jay Carney, la Casa Blanca celebró la votación de este jueves, pero subrayó que se trata de un "primer paso". La votación más difícil tendrá lugar luego del fin de semana, probablemente el martes.
El objetivo es imponer verificaciones de identidad y de antecedentes judiciales y psiquiátricos antes de la compra de armas en ferias especializadas y por internet. En la actualidad, estas comprobaciones son sólo obligatorias en las tiendas de armas, salvo en aquellos estados que han aprobado sus propias leyes al respecto.
El texto, fruto de un compromiso anunciado el miércoles, no va tan lejos como preveía en un principio Obama, pero éste lo saludó como un avance positivo.
La prohibición de la fabricación y venta de rifles de asalto también será objeto de una votación, pero sus probabilidades de éxito son casi nulas.
Los demócratas apoyan además otras dos medidas menos controvertidas, referidas al financiamiento de la seguridad en las escuelas y contra el tráfico de armas.
3.300 muertes desde Newtown
La votación del jueves tuvo lugar bajo la mirada de numerosos familiares de las víctimas del tiroteo en la escuela Sandy Hook de Newtown, Connecticut (noreste), que permanecieron en los palcos reservados al público.
Obama llamó a algunos de ellos para felicitarlos poco después de la votación.
Durante una conferencia de prensa que tuvo lugar en una atmósfera cargada de emoción, los familiares instaron al Senado a actuar.
"Sus muertes merecen tener un sentido", lanzó Jillian Soto, hermana de Victoria Soto, una maestra asesinada en Newtown el 14 de diciembre. "Estamos aquí para proteger su herencia, para rendirles homenaje y para exigir que se haga algo", agregó.
A su lado, el demócrata Charles Schumer reconoció que "será una lucha conseguir los 60 votos el martes", en referencia al texto sobre la verificación de identidad que pasará la prueba de fuego.
"Más personas mueren cada día en el país a causa de las armas de fuego que (aquellos que murieron) durante el tiroteo de Newtown", que dejó 26 víctimas, dijo Christopher Murphy, que representa a Connecticut.
"El Estado no debe castigar o acosar a los ciudadanos que respetan la ley en el ejercicio de sus derechos, en virtud de la Segundo Enmienda" de la Constitución, que garantiza el derecho de los estadounidenses a poseer armas para su defensa, declaró por su parte Mitch McConnell, jefe de los republicanos en el Senado.
Según Ted Cruz, legislador por Texas, el gobierno de Obama deberá concentrar sus esfuerzos en la investigación de las personas a las que se les negó la compra de un arma. En la actualidad, estas investigaciones son extremadamente raras.
Simultáneamente, en las afueras del Capitolio, militantes de asociaciones contra las armas de fuego leían de manera continuada desde el miércoles la lista compilada por el sitio Slate.com y la cuenta de Twitter @GunDeaths de las cerca de 3.300 personas abatidas por armas en el país desde la masacre de Newtown./AFP