Colombia, segundo país más afectado por las minas antipersona después de Afganistán, acogerá desde el viernes un congreso mundial sobre este tema, centrado en la asistencia a los supervivientes de las miles de explosiones que ser registran cada año en todo el mundo.
Con participación de organismos internacionales como la ONU, OEA y la Cruz Roja, además de varios grupos civiles representantes de personas con discapacidad, este encuentro está abocado a mejorar las condiciones de las víctimas de minas, su rehabilitación y la eliminación de barreras en las ciudades.
Según la ONG internacional Landmine and Cluster Munition Monitor, los países más afectados por las minas antipersonas son Afganistán, Colombia y Camboya, con 3.628 incidencias cada año, es decir cerca de 10 explosiones diarias. En 2012 contabilizó 1.066 víctimas fatales por minas en todo el mundo.
"Desde la Convención sobre la prohibición de minas en 1997 ese número ha disminuido en un tercio, incluso entre países que no lo adhirieron, por el estigma que significa", explicó a la AFP Laila Rodriguez, Coordinadora de Comunicación de la Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersonal.
Según Jared Bloch, vocero de la Campaña Internacional para la Prohibición de Minas Terrestres (ICBL por sus siglas en inglés), 47% de los accidentes por minas antipersonal y otros restos explosivos de guerra afectan a niños.
Rodríguez subrayó que la reunión es muy importante para fortalecer las redes de atención de personas heridas y para ello, hay que mejorar la atención que reciben aquellos con discapacidades.
Un tema a discutir será la justicia transicional y la reparación de las víctimas de casos de violaciones masivas de derechos humanos.
El anfitrión Colombia ratificó en 2000 la Convención de Prohibición de las Minas Antipersona. Sin embargo, las autoridades sostienen que la guerrilla comunista FARC sigue usando esos artefactos, incluso fabricados artesanalmente, en el marco del conflicto armado que afecta al país desde hace 50 años.
En 2014 las minas mataron a 10 personas en Colombia. Desde 1990 hubo 2.167 víctimas fatales, según datos oficiales.
Según la ONU, 80% de las víctimas en el mundo son civiles. Este tipo de explosivo tiene un costo de producción de entre 3 y 75 dólares, pero su eliminación es un arduo proceso que puede demandar entre 300 y 1000 dólares por artefacto.