El Congreso estadounidense inició el jueves el análisis de un acuerdo con Vietnam en materia nuclear que podría abrir un mercado millonario pero que genera dudas en lo referente a los derechos humanos.
El presidente estadounidense, Barack Obama, envió al Congreso el texto que permitirá transferir reactores nucleares y tecnología a Vietnam, que tiene previsto inversiones millonarias para aumentar su producción de energía y hacer frente a la fuerte demanda que requiere su economía.
Las relaciones bilaterales se restablecieron en 1995 y desde entonces los dos países, enemigos de guerra de 1959 a 1975, han estrechado lazos. Pero el Congreso estadounidense ha hecho duras críticas al régimen comunista de Hanoi acusado de violaciones de los derechos humanos. Estados Unidos tiene una importante comunidad de origen vietnamita.
El Instituto de la Energia Nuclear, que representa a la industria estadounidense, asegura que el acuerdo mejorará la situación de los derechos humanos. Además, representa ganancias de hasta 20.000 millones de dólares en exportaciones y más de 50.000 empleos en Estados Unidos, según el Instituto.
Por otro lado, algunos senadores advierten que el acuerdo con Vietnam no presenta las mismas garantías que otros similares alcanzados con naciones como Taiwán o los Emiratos Arabes Unidos, donde el manejo de la energía nuclear parece menos peligroso.