Mediador internacional admite que un posible acercamiento rebeldes-gobierno está en punto muerto y no se vislumbra solución
Una guerra civil sin final previsible y crecientes penurias de su población denunció ante el Consejo de Seguridad de la ONU el mediador internacional Lakhdar Brahimi, lo que aumentó la preocupación de los dirigentes mundiales que hoy comienzan su cónclave en la Asamblea General de la Organización en Nueva York.
“No hay expectativas de avanzar hoy o mañana", dijo el mediador para Siria, luego de informar a los 15 miembros del Consejo de Seguridad sobre sus recientes conversaciones con el presidente sirio, Bashar al Asad, en Damasco.
"Nadie disputa que la situación en Siria es extremadamente mala y empeora, que es una amenaza para la región y para la paz y la seguridad del mundo", dijo el emisario de la ONU y de la Liga Árabe.
Brahimi dijo que le manifestó a Asad y otros líderes en Siria la necesidad de un "cambio", pero admitió que hay un "punto muerto" entre el gobierno y los rebeldes y que aún no tiene una oferta concreta hacia la paz, tras 18 meses de conflicto que han dejado más de 29.000 muertos, según activistas.
El mediador, que reemplazó a Kofi Annan como enviado internacional en septiembre, llamó al Consejo de Seguridad a apoyar sus esfuerzos.
"Si no represento a todo el Consejo, entonces no soy nadie", dijo el excanciller argelino.
La reunión del Consejo de Seguridad sobre Siria se produjo un día antes de la apertura de la Asamblea General de la ONU, donde se espera que los combates en ese país sean uno de los temas que acaparen la atención de los 120 jefes de Estado y cancilleres reunidos en Nueva York esta semana.
La posibilidad de tomar acciones con respecto a Siria ha quedado bloqueada en el Consejo de Seguridad por la oposición de Rusia y China a imponer sanciones al gobierno de Damasco.
"Me rehúso a aceptar que personas razonables no puedan comprender que no se puede volver a la Siria del pasado", indicó Brahimi, al afirmar: "Reformar no es suficiente, es necesario un cambio".
Tras sus contactos en Nueva York, Brahimi tiene previsto retornar a la región, para cuando espera entonces estar en capacidad de "presentar algunas ideas sobre cómo proceder" en adelante para frenar la violencia.
"No se olviden que comencé hace tres semanas", cuando reemplazó a Annan, quien fracasó en poner en práctica un plan de paz de seis puntos que incluía un cese al fuego, téoricamente aceptado por las dos partes en conflicto.
Según el texto de su discurso ante el Consejo, Brahimi afirmó que los prisioneros son sometidos a "formas medievales de tortura" y que más de un millar de ellos han muerto en centros de detención del régimen.
Las personas tienen miedo de ir a los hospitales por la presencia de "agentes" gubernamentales, dijo, al tiempo que advirtió de una creciente crisis alimentaria en el país.
Sobre el terreno se informó que al menos cinco niños murieron ayer en Siria, en bombardeos del ejército contra edificios residenciales en Alepo, unas horas antes de una intervención del mediador internacional Lakhdar Brahimi ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
La aviación del régimen de Bashar al Asad bombardeó el centro de Alepo, la gran metrópoli del norte, matando al menos a cinco personas, incluidos tres niños de una misma familia, y dañando edificios, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Alepo, la segunda ciudad de Siria, es desde hace más de dos meses escenario de una batalla encarnizada entre soldados y rebeldes, en la que las tropas del régimen de Bashar al Asad disponen de la ventaja de la fuerza aérea frente a unos insurgentes mal equipados.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo público su deseo de que Brahimi tenga pronto "una estrategia" de salida de crisis que proponer, pero fuentes diplomáticas aseguraron que el mediador sigue en "espera" del improbable caso de que los dos lados decidan negociar.
"De momento, la suerte de Siria no se decide en Nueva York sino en el lugar, con las armas", indicó un diplomático occidental./EL NUEVO SIGLO – AFP
Escenas como ésta se han vuelto diarias y comunes en Alepo, donde los rebeldes han concentrado su ofensiva contra las tropas del régimen de Bashar al Asad.