Los regulares resultados de algunos sectores de la actividad económica confirmaron el suave aterrizaje del crecimiento en el segundo trimestre de este año, desaceleración impulsada principalmente por la caída de la industria, las exportaciones y el comercio.
En un detenido análisis, el investigador del Bancolombia Alexander Riveros Saavedra dice que “apesar de que aún no se conoce el cierre de la producción industrial en el segundo trimestre, a mayo el sector completa tres meses de moderada contracción, relacionado no solo con las menores ventas locales, sino también con las externas. Sin duda debe resaltarse que el sector no ha destruido puestos de trabajo en los meses recientes, reflejando una solidez en casi el 17 por ciento del mercado laboral del país”.
En el sector externo, las exportaciones registraron un crecimiento anual de 1,2 por ciento en mayo, caracterizado por una caída en las tradicionales (-2,7 por ciento) y una aceleración en las no tradicionales (10,4 por ciento). El desempeño de las exportaciones en los meses recientes obedece tanto a menores volúmenes de exportación como a menores precios, en particular de materias primas. Del lado de las importaciones se observó una aceleración en el quinto mes de 2012 (10,5 por ciento), jalonadas por las compras de bienes de consumo, especialmente los no duraderos.
Señala Riveros que “en el informe mensual de junio se mencionaron los riesgos a la baja en la proyección de crecimiento económico para Colombia en 2012, y a la fecha, con la nueva información disponible, el Grupo Bancolombia ha decidido revisar a la baja la expectativa de crecimiento para todo el año desde 4,9 por ciento hasta 4,2 por ciento”.
En lo que respecta al segundo trimestre, se habría registrado un menor crecimiento (4,3 por ciento) frente al primero (4,7 por ciento), y se espera que el menor ritmo de expansión del año se observe en el tercer trimestre (3,6 por ciento), para finalizar con aceleración en el último trimestre (4,4 por ciento), toda vez que podría darse una en el ritmo de ejecución del gasto público en los últimos meses de 2012 y podrían comenzar a verse algunos efectos del impulso económico que comenzó a brindar el Banco de la República desde julio.
Vale la pena resaltar que en un escenario de deterioro adicional de las condiciones económicas de Europa y Estados Unidos, el Producto Interno Bruto, PIB, de Colombia podría crecer 3,9 por ciento en todo el año, desempeño explicado por un menor avance de las exportaciones y por unos precios internacionales de las materias primas más bajos.
De otro lado, el mercado laboral cerró el trimestre que finalizó en junio con una reducción de la tasa de desocupación frente a los niveles observados el año pasado; sin embargo, el ritmo de creación de puestos de trabajo fue menor.
Asimismo, la población subempleada continuó avanzando y su incremento fue compensado por el de los asalariados. En síntesis, los resultados del mercado laboral sugieren que el empleo ha mejorado en los meses recientes y ello da un margen de tranquilidad para la actividad real y financiera del país.
Sin embargo, la confianza de los consumidores reflejó una moderación a lo largo del segundo trimestre, desde un nivel de 26,6 en abril hasta 20,6 en junio, con lo que se confirma una tendencia de disminución desde el principio del año.
A pesar de ello, el nivel de optimismo de los hogares permanece elevado si se compara con el promedio del primer y el segundo trimestre, lo que soporta un crecimiento aceptable del consumo privado en los meses recientes.
La demanda de energía en el segundo cuarto del año registró un crecimiento anual de 3,6 por ciento, que supera el registro del mismo periodo del año pasado (1,08 por ciento), pero inferior al del 1T12 (4,67 por ciento). La elevada correlación positiva de este indicador con el desempeño del PIB sugiere que el crecimiento económico de Colombia se habría moderado en la primera mitad del año.