Un soldado mató a tres compañeros e hirió a otros 16 antes de suicidarse en la base militar de Fort Hood (Texas, sur de Estados Unidos), confirmó una fuente oficial, en un tiroteo que recordó la matanza perpetrada en el mismo lugar en 2009.
"No hay indicios de que este incidente esté relacionado con terrorismo", afirmó en una rueda de prensa a las puertas de la base el teniente general Mark Milley.
El responsable militar no desveló la identidad del atacante, pero aseguró que se trata de un soldado que sirvió en Irak en 2011, que tiene esposa e hijos y que se estaba sometiendo a pruebas médicas para determinar si sufría trastorno por estrés post-traumático (PTSD, en inglés). El canal CBS News, citando fuentes anónimas, aseguró que tiene 34 años.
"Desconocemos el motivo. Sabíamos que este soldado tenía un problema mental y recibía tratamiento", reconoció Milley.
"La secuencia de los acontecimientos no está 100% clara. Creemos que entró en uno de los edificios (del complejo militar), abrió fuego, se metió en un vehículo, disparó desde él. (Luego) salió del coche, se metió en otro edificio y volvió a abrir fuego", relató Milley.
El tirador se suicidó en un estacionamiento cuando una agente lo encontró y le apuntó con su arma.
El teniente general también explicó que el atacante usó una pistola semiautomática de calibre 45 que no había registrado en la base militar -tal y como manda el reglamento- y que adquirió hace poco en una tienda cercana a la zona.
De acuerdo con Milley, el soldado había sido trasladado en febrero a Fort Hood procedente de otra instalación militar.
Las autoridades reabrieron las instalaciones militares de la base tras mantenerlas cerradas durante varias horas.
El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que su gobierno llevará a cabo una exhaustiva investigación. "No sabemos bien lo que ha pasado esta tarde, pero evidentemente el sentido de seguridad se ha roto una vez más", declaró. "Sólo quiero garantizar a todos que llegaremos al final para saber qué ha sucedido".
"Estamos desolados de que esto haya podido suceder otra vez", añadió Obama.
El secretario de Defensa, Chuck Hagel, declaró por su parte: "Cuando vemos tragedias como esta en nuestras bases es que algo no funciona"
- Una masacre que recuerda a otra -
Un soldado describió a la CNN los disparos que se escucharon en la base militar. "Asumí que eran de prueba. Luego oímos una ráfaga, y otra ráfaga y quedó claro que no eran pruebas. Eran (disparos) de verdad".
Un testigo describió al presunto responsable del tiroteo como un hombre blanco que conducía un vehículo Toyota de color gris y que habría usado una pistola de calibre 45, y afirmó en declaraciones a KCEN TV que el sospechoso estuvo en el edificio médico de la base militar.
Este tiroteo devolvió a la memoria el negro 9 de noviembre de 2009 que vivió Fort Hood, cuando 13 personas fallecieron y otras 28 fueron heridas en una balacera.
El mayor Nidal Malik Hasan, un psiquiatra de origen musulmán, abrió fuego en el centro de preparación de soldados en el que las tropas son sometidas a exámenes médicos antes de ser enviadas al terreno. Hasan dijo entonces que el ataque estaba dirigido a probar que Estados Unidos está embarcado en una "guerra ilegal" en Afganistán.
Los responsables militares describen Fort Hood -conocido como "El fabuloso lugar" (The great place) por su calidad de vida- como una zona extremadamente segura. Acoge a 52.000 soldados y a varios miles de civiles, y es la única base en el mundo capaz de albergar dos divisiones armadas. De ella salen además las tropas destacadas en la mayoría de los conflictos desde la Guerra de Vietnam.
Hace unas semanas, el 25 de marzo, un tiroteo en una base naval se cobró la vida de dos personas y en septiembre de 2013, un exmiembro de la Marina estadounidense, Aaron Alexis, mató a 12 personas e hirió a otras ocho en un complejo de Washington./AFP