La publicación de un libro de confidencias hechas por el presidente francés François Hollande a periodistas, una cruda crónica de su presidencia desde 2012, ha provocado una cascada de reacciones de incredulidad y turbación que afecta a los magistrados, pasando por los futbolistas y hasta a su propio campo político.
A seis meses de las elecciones presidenciales, estas revelaciones podrían perjudicar los esfuerzos para crear las condiciones de su candidatura para un segundo mandato, subrayaban varios medios de comunicación sobre este compendio, fruto de unas sesenta entrevistas con dos periodistas del diario Le Monde.
"Dudamos en cuanto a la elección de la palabra. ¿Se trata de inconsciencia? ¿Cinismo? ¿O masoquismo? (...) Este ejercicio en el que se recrea el actual inquilino del Elíseo delata una forma de narcisimo", comentaba Le Figaro.
"Horrible", "lamentable", confiaron algunos diputados socialistas a los diarios bajo anonimato. La oposición de derecha y de extrema derecha tampoco desperdició la ocasión.
"Dan ganas de preguntarle: '¿cuándo dejó de confesarse?. Y, sobre todo, ¿cuándo trabaja?'", lanzó Nathalie Kosciusko-Morizet, una de los siete candidatos a las elecciones primarias de la derecha.
Abundan las confidencias que se asemejan a bombas de fragmentación. Desde estocadas a su predecesor Nicolas Sarkozy (al que apoda "el pequeño De Gaulle"), pasando por un juicio sobre su excompañera Valérie Trierweiler ("una mujer infeliz"), hasta críticas a la justicia ("una institución de cobardes") o a los futbolistas ("niños maleducados").
Es una "humillación" para los dos más altos magistrados de Francia, que fueron recibidos a su demanda el miércoles de tarde en el Elíseo, y este jueves se expresaron públicamente. "No es concebible que el cargo de presidente (...) pueda ser utilizado por su titular para contribuir a difundir entre los franceses una visión tan degradante de su justicia", comentó el primer presidente del Tribunal de casación, Bertrand Louvel, durante una audiencia solemne.
- 'Ejercicio de transparencia' -
El sindicato de futbolistas profesionales ve como "propósitos populistas" los comentarios que hace Hollande sobre los jugadores de la selección francesa, que a su parecer "pasaron de ser niños maleducados a 'vedettes' riquísimas sin preparación", con falta de "musculación del cerebro".
Integrantes del entorno presidencial se han esforzado por quitarle hierro al asunto, y "desminar" el terreno arguyendo que se trata de "un ejercicio de transparencia".
"Cuando los libros se publican, a veces ocurre fuera de contexto, y esto puede generar debates, irritar, pero esto permite en una democracia que todos puedan hacer la lectura de los acontecimientos que se desarrollan, temas que pueden plantearse en un momento u otro", abogó el portavoz del gobierno, Stéphane Le Foll.
Por su parte, el ministro de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, subrayó que François Hollande no ha tenido "una palabra", ni "un acto" contra la justicia desde 2012.
Para el diario Libération, este ejercicio le permite al presidente "comentar su balance" y "purgar el juicio por traición que cuenta hacerle su sector" político, en tanto aún parece dudar si presentarse a un segundo mandato.
Este balance, en tono defensivo, lo hizo en particular en una entrevista brindada al semanario l'Obs, también publicada este jueves. Hollande asegura "haber practicado una política de izquierda", y dice que comprende la "intransigencia" de sus electores desilusionados, pero "no admite el juicio por traición".
Pide no ser juzgado por lo que "prometió", aunque está "dispuesto a hacer el inventario" de sus compromisos de 2012, y en cuanto a su accionar en el contexto de la crisis económica, señala: "todo el mundo sabe lo que proponen quienes pretenden reemplazarnos".
Los siete candidatos a las primarias de la derecha, entre los cuales Sarkozy y su exministro Alain Juppé, este último favorito en las encuestas, se enfrentan este jueves en un primer debate televisivo.
En tanto la izquierda, muy dividida, prevé sus primarias para enero, tras el eventual anuncio de la candidatura de Hollande, que prometió hacer a comienzos de diciembre.