El mundo del fútbol se abre poco a poco a los sistemas para detectar automáticamente si se ha producido un gol y los impulsores de esa tecnología han tenido que evitar posibles fallos, como confundir la cabeza de un jugador con el balón.
Fue un tanto no concedido al inglés Frank Lampard durante el Mundial-2010 lo que hizo que el presidente de la Federación Internacional (FIFA), Joseph Blatter, abriera la puerta a la posibilidad de recurrir a la tecnología de la línea de gol.
El deseo del máximo dirigente del fútbol mundial vivirá una prueba importante en la Copa de las Confederaciones de Brasil, que arranca el sábado, donde el sistema alemán GoalControl-4D, que será en principio el utilizado también para el Mundial-2014, seguirá permanentemente el balón con las 14 cámaras de alta definición que se colocarán en cada estadio.
"Es la primera vez que en esta competencia la FIFA no hará pruebas sobre la tecnología del gol, y todos los árbitros están felices de tener este sistema que les dará la seguridad, la garantía si el gol se lleva a cabo o no", dijo Blatter este jueves en una rueda de prensa en Rio de Janeiro.
"Estoy ansioso de ver cómo se desarrolla" este sistema (...). Es un sistema técnico que ha pasado todos los test que hemos hecho", añadió.
Un sistema fiable, preciso y capaz de alertar al árbitro sobre si el balón ha cruzado o no por completo la línea de gol.
Cuatro suministradores han superado hasta ahora las etapas marcadas por la FIFA, pero otras se han estrellado en el camino.
"Probamos los primeros sistemas a principios de 2011, había buenas ideas, pero constatamos que ninguno estaba listo en aquel momento", explicó Martin Camenzind, ingeniero del EMPA, el instituto tecnológico suizo al que la FIFA ha encargado controlar la eficacia de los proyectos.
Las buenas ideas se dividían en dos tipos, por un lado con cámaras desplegadas por el estadio y por otro proyectos basados en un campo electromagnético, con un balón dotado de un sensor, que alertaría al árbitro a través de un reloj o aparato colocado en su muñeca.
Según Camenzind, experto en electricidad, "algunos habían concebido su sistema en un laboratorio sin probarlo intensivamente sobre el terreno".
"Algunos se quedaron muy sorprendidos cuando lo probamos sobre el terreno, ante la sede de la FIFA, un día en el que la luminosidad variaba. Nos decían que había demasiada luz y luego que no había la suficiente", relata.
"Entre los primeros sistemas probados, había algunos que señalaban gol cuando una persona se encontraba en la portería porque sus cabellos cortos hacían pensar que la cabeza era un balón", cuenta Camenzind.
Una pelota blanca sobre fondo blanco, un segundo balón en el campo, humo, un objeto metálico cerca de la portería, un láser y mandos a distancia en el estadio... Los investigadores suizos han imaginado todo tipo de situaciones para verificar la fiabilidad de los sistemas.
Fue la meteorología la que mostró los problemas de los sistemas con campos magnéticos.
"Un día había una tormenta cerca y la descarga electromagnética de un rayo perturbó el sistema de detección del gol", recuerda el ingeniero.
Para él, lo ideal sería combinar las dos filosofías, ya que ambas tienen aspectos positivos y otros menos buenos.
"El sistema electromagnético impone tener un balón especial. El riesgo es que la tecnología del interior del balón se rompa o que el sensor tenga problemas", analiza Camenzind. "El sistema basado en cámaras puede servir también para conseguir pruebas o imágenes ralentizadas, pero las cámaras sólo ven lo que pueden ver y si hay demasiados jugadores en su campo de visión el sistema puede tener dificultades", dice.
La FA (Federación de fútbol inglesa), que instaura la tecnología de la línea de gol la próxima temporada en la Premier League, ha optado por el HawkEye (Ojo de Halcón), un sistema británico que utiliza cámaras y que desde hace años está en el tenis.
Con tecnología o sin ella, el árbitro será siempre el juez definitivo a la hora de conceder o no un gol.
AFP.