La justicia turca dictó duras sentencias, entre ellas 16 condenas a cadena perpetua, en el macrojuicio contra 275 personas, entre ellas numerosos militares, acusadas de promover un golpe de Estado contra el primer ministro islamista-conservador Recep Tayyip Erdogan.
El tribunal de Silivri (50 km al oeste de Estambul) condenó a cadena perpetua al exjefe del estado mayor de las fuerzas armadas, general Ilker Basbug, por "tentativa de subvertir el orden constitucional por la fuerza".
El exmilitar dijo estar "de acuerdo con su conciencia" y predijo que "el pueblo tendrá la última palabra", en un comunicado dado a conocer al final del proceso.
Entre los 275 procesados figuraban generales, periodistas y capos de la mafia. Uno de los más prominentes era el general Ilker Basbug, que dirigió el ejército turco entre 2008 y 2010.
Basbug había denunciado el domingo en su cuenta de Twitter la prohibición para sus allegados de asistir al juicio.
Otros exgenerales, como el exjefe de la gendarmería Sener Eruygur y el exjefe del primer ejército Hurist Tolon, el periodista Tuncay Ozkan y el exjefe del pequeño Partido de los Trabajadores (IP, nacionalista) Dogu Perineck también fueron condenados a cadena perpetua.
Mustafa Balbay, renombrado periodista del diario de izquierda Cumhuriyet, elegido durante su detención diputado del principal partido de oposición, el CHP (pro-laicidad), fue condenado a 35 años de cárcel.
Elegido igualmente diputado del CHP, el exrector Mehmet Haberal fue condenado a 12 años y medio de cárcel, pero el tribunal dictaminó al mismo tiempo que fuese puesto en libertad, al gozar de una reducción de penas.
En los primeros fallos, 21 de los acusados fueron absueltos en este caso, denunciado por la oposición laica como una caza de brujas para acallar las críticas al gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).
Unos 10.000 manifestantes antigubernamentales se congregaron por la mañana frente al tribunal de Silivri, donde se registraron enfrentamientos con la policía, que lanzó gases lacrimógenos para dispersarlos, informó una periodista de la AFP.
Nuevos enfrentamientos tuvieron lugar a mediodía entre los manifestantes y la policía, que respondió a las pedradas de los manifestantes lanzándoles agua y gases lacrimógenos.
Sesenta y seis de los acusados esperaban el veredicto encarcelados.
El inicio del caso se remonta a junio de 2007, tras una operación antiterrorista en un barrio humilde de Estambul en la que se hallaron armas y explosivos.
El proceso se dio a conocer como "caso Ergenekon", nombre de la presunta red acusada de haber propiciado un golpe de Estado contra Erdogan, en el poder desde 2002, sembrando el caos con atentados y operaciones de propaganda.
El acta de acusación reclamaba duras penas, incluyendo la prisión perpetua para 64 acusados por "intento de subvertir el orden constitucional por la fuerza".
Las Fuerzas Armadas, que durante décadas se erigieron como guardianes de los valores laicos de la República, derrocaron tres gobiernos democráticamente electos desde 1960 y obligaron a un gobierno proislamista a dimitir en 1997.
Provistos de banderas nacionales y de retratos de Mustafá Kemal Ataturk, el padre de la república turca laica, los manifestantes reunidos frente al tribunal gritaban: "Todos unidos contra el fascismo" y pedían la renuncia del gobierno.
"Yo vine para apoyar a estos acusados encarcelados erróneamente desde hace cinco años: no hay ninguna prueba contra ellos", explica uno de los manifestantes, Dogan Muldur, expiloto de avión jubilado.
Luego del estallido del "caso Ergenekon" se llevaron a cabo otros juicios contra grupos como Kafes (la jaula), que preparaba, según la acusación, atentados contra miembros de las minorías cristianas, y Balyoz, que sentó en el banquillo a casi 300 militares.
El veredicto del caso Balyoz sorprendió por su severidad, al dictar sentencias de 16 a 20 años de prisión que afectaron el prestigio de las Fuerzas Armadas turcas. AFP