Condenado apoyo ruso y chino al régimen de Damasco | El Nuevo Siglo
Viernes, 1 de Febrero de 2013

Estados Unidos denunció de nuevo el apoyo militar que Irán y Rusia aportan al gobierno de Siria, inmersa en una guerra civil que amenaza con desbordar sus fronteras después de un ataque israelí contra una instalación militar siria.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, acusó a Rusia de seguir "aportando asistencia financiera y militar" y a Irán de enviar armas y efectivos, en su última entrevista con los medios como secretaria de Estado.

La crítica de Clinton tuvo lugar un día antes de la reunión que el vicepresidente estadounidense Joe Biden, el canciller ruso Serguei Lavrov, el mediador internacional Lakhdar Brahimi y el jefe de la oposición siria Ahmed Moaz Al Jatib deben celebrar en Múnich, Alemania.

Lakhdar Brahimi dijo el jueves por la noche que no planea volver a Damasco y habló con cautela de la novedosa oferta de Jatib de dialogar con representantes del gobierno sirio.

"Es digno de destacar", dijo Brahimi, en medio de pronósticos pesimistas sobre una posible salida negociada del conflicto que empezó hace 22 meses.

La oposición siria afirmó el jueves por la noche en El Cairo que el "diálogo debe ser sobre el fin del régimen" y que estaba dispuesta a "recibir cualquier solución política o esfuerzo internacional que apunte a ese objetivo".

El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, saludó la propuesta opositora como "extremadamente apreciable".

"Llevaremos a Asad ante la justicia"

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El conflicto amenazaba de nuevo con extenderse en la región, con la denuncia siria de un bombardeo israelí el miércoles contra un centro de investigación militar entre Damasco y la frontera libanesa.

Hasta el momento, Israel mantiene un absoluto silencio oficial sobre el asunto, pero Siria, que el jueves protestó ante la ONU, dijo que hará valer su derecho de "defenderse y de defender su territorio y su soberanía".

La prensa israelí planteó este viernes el riesgo de conflicto regional en caso de nuevo ataque.

"Sea cual sea la sofisticación de la operación, es muy probable que sea imposible de reeditar sin incendiar la región", escribe el Yediot Aharonot.

En el vecino Líbano, los enfrentamientos entre el ejército y hombres armados en la frontera siria dejaron un saldo de dos militares muertos, en un tipo de incidente común desde el inicio de la revuelta contra Bashar al Asad en marzo de 2011.

En el terreno, la mañana del viernes hubo nuevos combates en la periferia de Damasco, donde tanques del ejército dispararon contra los bastiones rebeldes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Como todos los viernes, la oposición siria organizó manifestaciones en todo el país, esta vez bajo la consigna "La comunidad internacional es cómplice de las matanzas de Asad".

"Llevaremos a Asad ante la justicia, sin importar los sacrificios y las catástrofes", proclamaba una pancarta en Kafar Nebol, en la región de Idleb (noroeste).

Según un balance del OSHD, este viernes murieron al menos 80 personas, entre ellas 32 soldados, 31 rebeldes y 17 civiles.

Ante la agravación de la situación humanitaria, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, declaró este viernes a la AFP que tiene la ambición de "ampliar la superficie operativa" de su organización en Siria.

Y es que la situación humanitaria es cada vez más dramática, según la ONU.

Unas 420.000 personas, de las cuales la mitad son niños, necesita ayuda inmediata en la región de Homs, en Siria, afirmó la misión de la ONU que permaneció un mes en el país.

En esa región 700.000 personas fueron afectadas por el conflicto, indicó un comunicado del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) difundido el viernes en Ginebra.

AFP