La importancia de certámenes deportivos como la VIII Parada del Circuito Suramericano de Voley Playa, que involucran a las nuevas generaciones en estas disciplinas, fue exaltada por el gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz que acompañó ayer a las deportistas en la jornada final del torneo que se realizó en Girardot.
“Sabemos la importancia de que los jóvenes cundinamarqueses sigan los pasos de deportistas de alto rendimiento, como es el caso de las hermanas Galindo, un ejemplo de disciplina y superación que le han dado innumerables glorias al departamento”, manifestó Cruz.
El mandatario departamental felicitó la labor logística del evento y expresó su intención de continuar apoyando el deporte en todo el territorio cundinamarqués. Dentro de los países invitados sobresalieron Paraguay, Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile, Ecuador, Perú, Argentina y Venezuela.
Durante el acto de apertura del evento deportivo, el gobernador Cruz resaltó la vocación turística de Girardot: “Con eventos internacionales como esta parada de vóley playa, buscamos que este destino Cundinamarqués se convierta también, en un destino deportivo no sólo de esta disciplina, sino de muchas más”.
El gerente de la Lotería de Cundinamarca, Alberto Dimaté, argumentó que estos eventos deportivos son de gran importancia para las juventudes del Departamento, quienes encuentran otros espacios de competición y por ello está patrocinando dicho evento.
De otra parte, Dimaté recordó que en Anolaima los preparativos del Corpus Christi, que terminan mañana, comenzaron con muchos días de anticipación con el apoyo de la Lotería: arreglan, limpian las casas, las calles y la plaza principal.
El evento tiene una duración de 4 días. La festividad se inició con quema de pólvora y música interpretada por la banda del municipio, las fiestas se iniciaron el 7 de junio y van hasta el 10 con la presentación de una gran variedad de actos alusivos a la cosecha, actos culturales, gastronómicos y orquestas.
Dimaté resaltó el esfuerzo de todos los campesinos y cultivadores de fruta, y de paso se comprometió con el patrocinio de estas fiestas ya tradicionales en la región y el departamento.
Las fiestas se inician desde el momento en que los campesinos empiezan a instalar sus arcos de frutas, en acción de gracias por la feracidad de sus tierras, plasmando en ellos toda su creatividad, colocando los frutos con destreza y maestría; algunos sobresalen por diseños inspirados en temas religiosos, símbolos patrios, escenas de la vida campesina, personajes míticos e incluso coplas picarescas. Otros son adornados con animales, canastos, lazos, calabazos, barriles con chicha o guarapo, arepas y pan de maíz.
Los campesinos escogen los mejores productos para adornar su arco y la familia participa en su construcción, esforzándose para que sea el mejor. Esta manifestación se ha ido transmitiendo de generación en generación.